Carlos Hakansson
El Himno Nacional y su contenido
Evidencia la riqueza del mestizaje de los mundos andino y cristiano
El contenido de nuestro Himno Nacional marca el inicio de una nueva etapa histórica, tras el periodo virreinal. Sin embargo, el autor de la letra, José de la Torre Ugarte, no reconoció la autoría de la primera estrofa que contiene las conocidas frases de: “peruano oprimido”, “ominosa cadena”, “cruel servidumbre”, “indolencia de esclavo sacude” y “la humillada cerviz”. Se trata de una redacción con una mirada inexacta del pasado, con imprecisiones sobre la condición social de los campesinos, criollos y peninsulares durante el virreinato. Son expresiones que no cumplen con el propósito de todo himno nacional: elevar el espíritu patrio, mirar al futuro con optimismo, así como el compromiso de todas las generaciones por la unidad y el bienestar general.
La historia recuerda que Don José Bernardo Alcedo, compositor de la música, tras una prolongada estancia en Chile, leyó críticas encendidas sobre las alteraciones realizadas a la letra y armonía del himno. Denunció las graves adulteraciones de su partitura y publicó la versión original junto con la letra correcta entregada por el propio De la Torre Ugarte.
A principios del Siglo XXI, el Tribunal Constitucional resolvió una demanda de inconstitucionalidad (Exp. N°0004-2004-AI/TC) contra el artículo 4 de la Ley N°1801, que establece la letra oficial del Himno Nacional. La demanda argumentaba que la norma incluía una estrofa anónima, la primera, omitiendo la original, violando los derechos de autor e, incluso, la dignidad nacional. El Colegiado declaró parcialmente fundada la demanda, añadiendo la estrofa omitida, pero conservando la anónima reconociendo su arraigo popular e imposibilidad de modificarla sin acarrear consecuencias negativas. La sentencia también define la competencia del Congreso para modificar el Himno Nacional; nos aclara que el contenido de la letra no constituye una norma jurídica que cree, extinga o modifique situaciones jurídicas objetivas que vulneren la dignidad humana, pues, se trata de una interpretación subjetiva de los demandantes.
La sexta y última estrofa del himno, que hoy cantamos, resume los rasgos que conservamos como nación. Una lectura libre nos permite interpretar el contenido de sus frases más relevantes: “[e]n su cima los Andes sostengan la bandera o pendón bicolor”, invita a mirar siempre en alto y acompañados de los colores patrios. El “esfuerzo de ser libres” revela que la institucionalidad democrática es un proceso continuo que no se detiene. Cuando cantamos “[a]su sombra vivamos tranquilos”, aludimos a la labor diaria para alcanzar nuestras metas bajo el manto libertario marcado por cada nuevo amanecer. Finalmente, las dos últimas frases: “al nacer por sus cumbres el Sol” y “renovemos el gran juramento que rendimos al Dios de Jacob”, evidencian la riqueza del mestizaje producto del encuentro de los mundos andino y cristiano.
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