Iván Arenas
¿El fracaso político de las regiones?
No solo como horizonte de modernización, también han fracasado políticamente
Dos expresidentes llegados de las regiones han sido condenados a pasar buena parte de sus vidas en la cárcel. Hay un fracaso político de las regiones. Observen los casos de corrupción. Miren la minería ilegal. Nada de eso habría sido posible sin la participación de las regiones en política.
Miren a Acuña, en cuyo gobierno la minería informal avanzó como jamás en la historia. Todo parte desde las regiones. Hay por tanto un fracaso absoluto de las regiones. Pero también de los partidos de las regiones. Por ejemplo, Alianza Para el Progreso.
Y también hay un fracaso de la izquierda en las regiones. Para poner otro ejemplo: Acurio en Cusco. El hospital Lorena aún no se termina. A nivel local la izquierda ha gobernado en innumerables alcaldías provinciales y distritales.
Las regiones entonces han fracasado. No solo ha fracasado la regionalización como horizonte de modernización, sino que ha fracasado políticamente. Las regiones no han sido capaces de poner horizontes o proyectos. Por tanto el poder de Lima sigue siendo considerable. Trujillo, Arequipa, Piura o Cusco no son contrapoder frente a Lima.
Se supone que las burguesías regionales iban a tomar el control de las regiones. Lo que ha ocurrido es que en muchas ocasiones no ha sido esa burguesía sino la lumpen burguesía. Porque así como hay un lumpen proletario hay una lumpen burguesía.
Los comunistas nunca fueron descentralistas. Tampoco lo serán. El centralismo democrático es una base en el dogma leninista. El centro manda democráticamente sobre la periferia. Si la periferia se rebela el centro envía el puño de hierro.
La descentralización y la regionalización es una onda larga. Solo vamos un poco más de dos puñados de décadas con este nuevo modelo. No hay burguesía, tampoco hay élite. Quizá allí esté el quid de todo el asunto. Burguesía, clase dirigente, élite intelectual y académica.
El Estado en las regiones entonces fracasa. Añada a eso la corrupción. Hoy se demuestra que la regionalización no ha sido un éxito. Tampoco es necesario borrar y reconcentrar. Es necesario tener partidos, servicio público y mucha tecnocracia. Además de ello, también revalorizar el trabajo en el Estado.
















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