Román Cendoya

El error estratégico de PPK

El error estratégico de PPK
Román Cendoya
24 de mayo del 2016

Intentó convencer a los convencidos: los antifujimoristas

La gran sorpresa del debate fue el error estratégico en el que incurrió el candidato PPK. Se esforzó en buscar el voto más cierto que tiene, se volcó a conquistar el voto del antifujimorismo. El único voto cierto que ya tenía antes del debate, el voto que siempre lo acompañará, diga lo que diga y haga lo que haga. Ese sector del electorado que esta vez le votará a él, como le votaría a una cabra coja o a una rueda pinchada si estuvieran en una segunda vuelta contra Keiko Fujimori.

Ir al debate a buscar ese voto fue un error absoluto. Adecuar su discurso y su proyecto a ese nicho de votantes aclara mucho el panorama para aquellos votantes dubitativos, especialmente de los sectores A y B, incluso C alto, que tienen una irresponsable posición de indiferencia ante los dos candidatos. Esos que piensan que “como ya no compite Verónika Mendoza… qué más da”.

Pues bien, en el debate quedó bien claro que sí hay más que dar. Emergió la figura de un PPK marxista —de Groucho—: “Yo tengo estos principios, pero si no le gustan tengo estos otros”. Se convirtió en un candidato no confiable. Un candidato que obviamente es el favorito de la extrema izquierda, porque garantiza la incertidumbre y la inestabilidad para el país. PPK desconcertó a muchos de sus posibles seguidores con una actitud escandalosamente inclinada hacia las posiciones de la prensa caviar. Una situación que dejó patente la candidata Fujimori cuando le espetó el contundente “cómo has cambiado, pelona”.

Al margen de la actitud personal, sorprendió ver cómo PPK se ha olvidado de la reducción del tamaño del gobierno y de la administración, para proponer la creación de nuevos ministerios —más gasto, más funcionarios, más centralización— para la descentralización. Todo lo contrario de lo que se espera de un supuesto liberal. La pregunta es qué percibieron todos aquellos que votaron por congresistas de Fuerza Popular y por PPK para presidente —en un voto cedido— con el objetivo de frenar a Verónika Mendoza.

Hacer suyo el mito de los 6,000 millones —¿y por qué no 9,000 o 12,000?— e intentar polemizar con las actuaciones del papá de la candidata ubican a PPK en su verdadera realidad. Es un contemporáneo de Alberto Fujimori, una persona que sabe más de aquel Perú que del de hoy. PPK no supo contrarrestar lo que obviamente iba a ser el predecible discurso de la candidata de Fuerza Popular. Keiko puso en el debate su contacto y conocimiento exhaustivo del terreno, fruto de su trabajo durante los últimos diez años.

No tener respuesta a esa realidad y a la acusación del reciente viaje de PPK a EE.UU. no es propio de un candidato de su pretendido nivel. Decir que “de chico” conoció la selva y las regiones desfavorecidas del país es una broma, cuando se tienen 77 años. ¿Acaso piensa PPK que esas regiones no han cambiado nada en más de 60 años? ¿Qué Perú quiere gobernar? Además del contenido, la incomodidad de PPK ante el atril, la permanente ausencia en la pantalla de uno de sus brazos y algunos segundos —eternos en la televisión— para iniciar sus respuestas convirtieron a PPK en el perdedor de la noche.

Ante un tema tan candente como la seguridad, que hábilmente introdujo Keiko, no se puede decir que “eso lo dejamos para el próximo debate”. Un líder no puede postergar lo que es la mayor preocupación de la mayoría de los ciudadanos de su país. Los once asesinados de los últimos días no pueden esperar respuestas, porque ya no tienen alternativa. Y el narco estado, siendo un problema grave —muy propio del discurso antifujimorista— no es un problema real para el electorado que vive la inseguridad en sus calles.

No entiendo el error de posicionamiento de PPK en este primer debate, porque ya no puede cambiar de posición de cara al del próximo domingo. Intentar regresar a sus esencias neoliberales aumentará más la percepción de la inseguridad en su persona y en su proyecto. Intentar volver a ser quien era profundizará en su nueva faceta de ese PPK marxista —de Groucho—. Qué error.

 

© Román Cendoya.

Periodista y Consultor internacional

 
Román Cendoya
24 de mayo del 2016

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