Giovanna Priale

El arte de ser mujer

Contribuir a que nuestra familia tenga una vida mejor

El arte de ser mujer
Giovanna Priale
08 de marzo del 2019

 

Mi papá, sin duda alguna, es la persona que marcó mi infancia. No solo porque nos hicimos mejores amigos, sino también porque me inculcó la importancia de estudiar y ser independiente económicamente. Crecí con esa idea en mi cabeza. Pero la vida está llena de sorpresas y lo que uno planifica, a veces, cambia abruptamente y tenemos que tomar decisiones rápidamente. Hoy lo comparto con mis amigos lectores, porque creo oportuno que mi experiencia de vida pueda ser de alguna utilidad para quienes pasan por situaciones similares.

Acababa de ser aceptada para continuar con mis estudios de doctorado en Economía y mi papá cayó gravemente enfermo. Paralelamente, acababa de renunciar a mi trabajo y de recibir mi liquidación, con la que tenía planeado pagarme el primer año de estudios en Estados Unidos. Cuando el doctor me dio el diagnóstico, cáncer avanzado, cruzaron mi mente dos ideas en simultáneo: la idea de luchar por la vida de mi papá y el deseo de estar con él la mayor cantidad de tiempo posible.

En cuestión de minutos, todas mis prioridades cambiaron. Envié una carta al director del programa agradeciendo la oportunidad y decidí quedarme en Perú. Con mis ahorros empecé el sueño de la casa propia para mis padres; en el ínterin, me casé, fui madre y seguí trabajando muy duro. La enfermedad de mi papá fue larga, tuvimos buenos y malos momentos; pero siempre estuvimos juntos.

El ya se marchó hace algunos años. Al morir él nos mudamos de país y empecé mis estudios de doctorado con muchas ganas. No fue nada fácil estudiar y trabajar; sin el apoyo de mi familia habría sido imposible. Pero finalmente se pudo y —después de años de estudio, coloquios, exámenes, trabajos de campo y presentación de tesis— se logró el título.

Al momento de recibir los resultados de mi sustentación en Colombia, mi papá y mi hermana, también fallecida hace tres años, estuvieron ahí conmigo; pero también mi mamá, que desde Lima estaba pendiente de que lograse este sueño. Mi tutor de tesis me dijo que debía sentirme contenta, no solo por lo logrado, a pesar de todas las tribulaciones del camino; sino porque le estaba mostrando a mis hijos que si uno persevera en lo que realmente desea, las fuerzas del universo conspirarán para que ese regalo sea una realidad.

Hoy es el Día Internacional de la Mujer, dicen algunos; pero yo creo que ser mujer es el arte de entender que nuestras prioridades personales y profesionales, a veces se entremezclarán, otras se chocarán entre sí y, en algunos casos, unas serán las más importantes. Pero lo que quisiera decirles hoy que es que no se trata de juzgar a nadie por sus decisiones, sino de sentirnos en paz con las nuestras. Miro a mi mamá y aprendo de ella, a ser más empática y a plantearme como meta contribuir a que tengamos una vida mejor. Una vida que, en suma, no es más que un suspiro. Gracias mamá por regalarme, con tu ejemplo cada día, el arte de ser mujer.

 

Giovanna Priale
08 de marzo del 2019

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