Mariana de los Ríos
“Cónclave”: Los oscuros entresijos de la elección de un Papa
Reseña de la película nominada a ocho premios Oscar
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A la muerte de un Papa, la Iglesia Católica entra en un período de sede vacante, durante el cual se suspenden muchas de las funciones ordinarias del Vaticano y se inicia el proceso de elección de un nuevo Pontífice. El Colegio Cardenalicio, compuesto por los cardenales menores de 80 años, se reúne en la Capilla Sixtina para llevar a cabo el cónclave, un evento regido por un estricto protocolo de aislamiento y un alto grado de secretismo. Durante este encierro, los cardenales votan hasta alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria para designar al sucesor de San Pedro.
En su novela "Cónclave" (2016), el británico Robert Harris hace una exploración de estas dinámicas, revelando los juegos de influencia, las rivalidades y las tensiones que definen la elección papal. Todo esto ha sido llevado al cine en la película Cónclave (2024), dirigida por el alemán Edward Berger (Wolfsburgo, 1970), quien alcanzó reconocimiento internacional con su oscarizada versión de "Sin novedad en el frente" (2022). Berger adapta hábilmente la novela de Harris, manteniendo el suspenso y la tensión política, y mostrando los enfrentamientos entre las distintas facciones dentro de la Iglesia: los conservadores que buscan preservar el poder y los reformistas que desean un cambio.
Uno de los mayores aciertos de la película es la actuación de Ralph Fiennes (Reino Unido, 1962), en el papel del cardenal Lawrence, quien, como decano del Colegio Cardenalicio, se encuentra en el centro de la tormenta. Su interpretación es sutil y poderosa; transmite la angustia y las dudas del personaje con gestos mínimos pero efectivos. A diferencia de sus compañeros de reparto, cuyas actuaciones son más ostentosas, Fiennes opta por una contención emocional que resulta aún más impactante. Su personaje es un hombre atrapado entre la política y la fe, y Fiennes logra que el público comparta su incertidumbre en lugar de simplemente observarla.
Visualmente, "Cónclave" resulta sumamente impresionante. La atmósfera claustrofóbica se ve acentuada por la impecable fotografía de Stéphane Fontaine, quien aprovecha al máximo la opulencia del Vaticano: mármoles, frescos e imponentes uniformes cardenalicios contribuyen a una estética de lujo y poder. Fontaine utiliza encuadres simétricos para reflejar la rigidez y solemnidad de la Iglesia, mientras que las tomas cenitales, como la de los cardenales bajo paraguas blancos bajo la lluvia, evocan imágenes casi místicas. La banda sonora de Volker Bertelmann, colaborador de Berger en "Sin novedad en el frente", refuerza la atmósfera de tensión y misterio.
Después de construir un relato profundamente humano y político sobre la lucha de poder en el Vaticano y explorar cómo los juegos de influencia y las ambiciones personales eclipsan la espiritualidad en la elección papal, en su tramo final, "Cónclave" toma un giro controversial, sugiriendo una solución demasiado concesiva y simplista. No obstante, más allá de ese desenlace, Cónclave se erige como un thriller sofisticado que cautiva por su meticulosa dirección, sus actuaciones sobresalientes y su impecable diseño visual.
Cónclave está nominada a ocho premios Oscar: Mejor Película, Mejor Actor Principal (Ralph Fiennes), Mejor Actriz de Reparto (Isabella Rossellini), Mejor Guion Adaptado (Peter Straughan), Mejor Banda Sonora (Volker Bertelmann), Mejor Montaje (Nick Emerson), Mejor Diseño de Producción y Mejor Diseño de Vestuario.
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