Luis M. Iglesias

Chancay: la nueva puerta hacia el Asia-Pacífico (y el mundo)

Impulsará la competitividad comercial del Perú a nivel mundial

Chancay: la nueva puerta hacia el Asia-Pacífico (y el mundo)
Luis M. Iglesias
27 de agosto del 2024


A cuatro meses de su inauguración, el Terminal Portuario Multipropósito de Chancay (TPMCH) ya viene generando amplias expectativas en el sector empresarial del país debido a la posición estratégica que tendrá en el comercio internacional, como
hub o punto de conexión clave del Pacífico Sur y el enorme mercado del Asia-Pacifico. En efecto, solo para tener una rápida idea de lo que se va a generar, en este espacio se concentrará el 38% del PBI mundial y el 22% de las importaciones a nivel global.

El TPMCH constituye, sin duda, una de las más grandes obras de infraestructura de los últimos años. Contó con una inversión inicial de US$ 1,300 millones, previéndose un costo total de US$ 3,000 millones para que llegue a su máxima capacidad. La primera etapa del proyecto contempla la construcción de nuevos diques para ganar terreno al mar, un complejo de ingreso, un túnel viaducto subterráneo y una zona operativa portuaria de 280 hectáreas, la que tendrá un terminal de contenedores con dos muelles. Y también un terminal de carga a granel, además de carga general y rodante con otros dos muelles adicionales.

En busca de desafiar a Estados Unidos y Europa en América Latina, la fuerza comercial china apuesta por el Perú, con grandes inversiones. La representa el consorcio Cosco Shipping Ports Chancay Perú, siendo la misma empresa Cosco Shipping la que lo encabeza, con un 60% de acciones; y con un 40% de acciones figura la compañía peruana Volcan.

De acuerdo a estimaciones de Cosco Shipping Ports, se espera que el TPMCH alcance una capacidad de manejo de carga anual de un millón y medio de contenedores, gracias a su capacidad de descarga de embarcaciones Triple E, consideradas los segundos barcos portacontenedores más grandes del mundo. Además de su enorme capacidad logística, superior a otros puertos latinoamericanos, la puesta en marcha del TPMCH permitirá reducir en 15 días el transporte marítimo desde Perú hasta China, con una ruta directa hasta el continente asiático, permitiendo un mayor acceso a los cuatro grandes mercados asiáticos, como son China, Japón, Corea del Sur e Indonesia.

Y es ahí donde debemos sacar claro provecho y beneficio, pues se generará una mayor oferta y demanda de diversos productos nacionales, como el maíz, la cebada, soya, la carne de cerdo y de res; frutas, bebidas y otros alimentos; harina de pescado y la industria del enlatado y el congelado en general, lo que de acuerdo a las proyecciones del Ministerio de la Producción, generará cerca de 9,000 empleos directos e ingresos de US$ 4,500 millones de dólares anuales, aportando un 1,8% al PBI nacional.

Cabe resaltar que todo este enorme movimiento económico no solo beneficiará a Lima, Callao o al distrito de Chancay –donde ya se tiene previsto implementar un gran nodo industrial que incluya zonas logísticas y de almacenaje, complejos de servicios y tecnología e incluso áreas residenciales, además de la posibilidad de establecer una Zona Económica Especial (ZEE)-- sino que, de acuerdo a estudios prospectivos de la Universidad del Pacífico, la presencia del TPMCH promoverá el desarrollo y fortalecimiento de cuatro corredores económicos al interior del país: el nodo Costa Norte, que incluye al norte Chico: Áncash, La Libertad y parte de Cajamarca; el nodo Central, que incluye a los departamentos de Pasco y Huánuco; el nodo Chancay-Pucallpa; y el nodo Bellavista-Tingo María, que incluye a los departamentos de Ucayali, Huánuco y San Martín. Todo ello generará todo un reposicionamiento económico regional a mediano plazo.

Sin embargo, frente a este enorme potencial económico y comercial, existen igualmente altos riesgos que merecen –no obstante ser un proyecto de inversión con capitales privados– una mayor atención por parte del Estado y que en el marco de sus competencias funcionales, si bien es cierto esta inversión privada no podrá ser objeto de servicios de control por parte de la Contraloría General de la República, sí lo podrían ser los directamente responsables de la supervigilancia de las actividades del referido mega puerto, es decir el MTC, Ositran y la autoridad portuaria. Cada una de ellas, estimamos por su activa participación, dentro del marco legal y sus competencias de monitoreo, fiscalización y en la ejecución de las diversas políticas que implementen de cara a la actividad que desarrolle el mega Puerto; viéndolo de esta manera, la CGR sí podría ejercer el control verificando sobre nuestras entidades estatales las políticas que implementen, evitando posteriores perjuicios y afectación social. Es ahí donde hay que mirar, examinar.

Por eso creemos, que el papel y representación del Estado debe reforzarse; una primera medida ha sido la dación de la ley 32048 (ley para fomentar el desarrollo portuario) pero el impacto que ocasionarán sus servicios podría originar otras variantes que ameritarían desde ya, por ejemplo, un diálogo con los pescadores artesanales, medir la incidencia de algún riesgo que pueda surgir en el reclamo social, disputas territoriales, sobre explotación de recursos y hasta alguna modalidad de pesca ilegal, etc. Otro punto no menos importante, son las organizaciones criminales de alto vuelo –que como ya lo ha alertado la policía– operan en el puerto del Callao y se estarían movilizando hacia el TPMCH para utilizarlo como nueva base para el transporte de drogas y posicionarse en el norte chico, así como otras bandas de menor calibre.

También el Colegio de Arquitectos del Perú ha señalado recientemente el riesgo de que Chancay se convierta en una “bomba de tiempo” ,ante el posible colapso de vías como la Carretera Panamericana Norte y por la alta demanda de servicios de agua o energía eléctrica que conllevará la puesta en funcionamiento del TPMCH, tema que el MTC tendría que pasar a evaluar.

Insistimos, claramente, que se requerirá un mayor empuje y participación estatal –como bien se viene haciendo– para prevenir incidentes que solo pueden generar malestar en la población y desconfianza hacia el gran impacto positivo que traerá consigo el nuevo TPMCH en beneficio del país. Ha hecho bien el Ejecutivo en promover y constituir sendos espacios de coordinación y articulación, como la Comisión Multisectorial que lleva a cabo el Midis, o la Mesa de Trabajo de Chancay promovida por diversos colegios profesionales.

En resumen, el nuevo puerto multipropósito de Chancay –que permitirá el desarrollo económico del país generando empleo formal y más oportunidades de crecimiento para miles de ciudadanos– se perfila como el factor para impulsar la competitividad comercial del Perú a nivel internacional, con un mayor diálogo y colaboración entre el sector público y privado e involucrando a la ciudadanía promoviendo la toma de conciencia de todos los cambios que generará esta magna obra en la vida y desarrollo de muchos peruanos.

Llegó el momento de dejar de lado los intereses mezquinos y particulares generados alrededor de este proyecto que debe incorporarse a nuestra visión de futuro como país y como eje a partir del cual nos integraremos al mundo global en los años venideros.

Luis M. Iglesias
27 de agosto del 2024

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