Martín Taype
Caída de la confianza del consumidor
Donde más cayó es en el norte del país

Entre las variables que afectan la economía de un país, junto con indicadores como la inflación, el tipo de cambio y el comportamiento de los inversionistas se encuentran las expectativas de los consumidores. Dicha variable es relevante y puede afectar a los otros indicadores mencionados y, por ende, la marcha de la economía de un país. También es relevante la influencia del contexto económico y geopolítico externo. Para efectos prácticos de lo expuesto, veamos el caso actual de las expectativas de confianza de los consumidores en el Perú.
En marzo pasado la confianza del consumidor tuvo una fuerte caída. Según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado recientemente por la consultora GFK a nivel nacional, y publicado en el Diario Gestión, este indicador en marzo cayó a 94 puntos (menos de 100 puntos es un terreno negativo). Mientras en Lima se registraron 99 puntos (12 puntos menos que en febrero); en el interior del país, la confianza llegó apenas a 90 puntos, similar a octubre del 2018 (90 puntos).
El ICC en todas las zonas geográficas del país pasó a ser pesimista el mes pasado. De hecho, donde más cayó es en el norte del país, que pasó de 101 a 83 puntos. Este es el peor resultado desde marzo del 2018 (75 puntos). En el caso de la zona sur, la confianza se mantuvo, una vez más, pesimista (92 puntos). En diciembre del 2016 llegó a 106 puntos en esa área del país, y desde ese mes no ha logrado repuntar.
El nivel socioeconómico (NSE) A/B fue el único que permaneció optimista en marzo, con 105 puntos. El (NSE) C obtuvo 96 puntos, el (NSE) D obtuvo 93 puntos y el (NSE) E obtuvo 84 puntos.
Por edades la confianza se mantuvo en terreno pesimista en todos los rangos de edad. La confianza de las personas entre 18 y 24 años se ubicó en terreno pesimista, con 99 puntos. A estos les siguieron los consumidores de 25 a 39 años, el ICC en este grupo de edad se ubicó en 95 puntos en marzo; y en el caso de las personas de 40 años a más, se ubicó en 89 puntos. Es relevante decir que en este rango de edad la confianza se mantuvo en terreno pesimista, similar a los últimos dos años.
Sobre la base de los resultados del estudio realizado por GFK, podemos apreciar que la confianza de los consumidores en nuestro país está cayendo fuertemente. A entender de muchos peruanos, esto se debe a factores coyunturales, como los conflictos sociales que recientemente han golpeado a nuestro país, como el de Las Bambas. Sin embargo, considero que el problema es más estructural. La población tiene la percepción de que, pese al tiempo transcurrido de la gestión del Gobierno actual, no se está combatiendo como se debe a los tres grandes problemas que sufre nuestro país: la corrupción, la inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas. Problemas que, además de ser un freno para nuestro desarrollo, desaniman la confianza de los consumidores.
En tal sentido, mientras el Gobierno de turno no enfrente con firmeza, transparencia y adecuadas estrategias esos problemas, no se podrá influir positivamente en las expectativas de los inversionistas y los consumidores en el corto, mediano o largo plazo. Los peruanos queremos un Gobierno que nos dé resultados tangibles, y que brinde una solución objetiva, real y sostenible en el tiempo a estos problemas, tomando las acciones que correspondan. Y que para ello tenga en consideración el desenvolvimiento del inestable entorno económico y geopolítico externo.
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