Úrsula Letona

Atención primaria en salud

La llave del bienestar a largo plazo

Atención primaria en salud
Úrsula Letona
21 de marzo del 2019

 

“Una onza de prevención vale más que una libra de cura”.

Benjamín Franklin


La semana pasada comentamos acerca de las reformas que considerábamos que debían emprenderse en diversos sectores. Señalamos que un gran problema en el sector salud lo constituía el enfoque casi exclusivo en la atención hospitalaria, en lugar de preocuparnos más de la atención primaria; es decir, de la prevención. Hoy quiero extenderme un poco más sobre dicho tema.

A inicios del siglo XXI, en Tailandia la cantidad de niños y adultos con caries y enfermedades como la gingivitis era bastante alta. Gracias a iniciativas de funcionarios de salud se crearon programas para capacitar a dentistas que luego se incorporaron a hospitales rurales y otros centros de salud para ayudar a prevenir estas dolencias, aconsejando cosas tan sencillas como un correcto cepillado dental y la disminución del consumo de azúcar. Para el año 2013 los niveles de caries y gingivitis habían descendido considerablemente. La prevención o atención primaria había logrado anticiparse a las enfermedades y a la pérdida de piezas dentales.

La atención primaria consiste básicamente en prevenir —y de ser posible, evitar—, por ejemplo, las enfermedades crónicas. Cuando las enfermedades aparecen todos nos perjudicamos: se deja de trabajar y de percibir ingresos, y el Estado se ve obligado a gastar recursos que más son paliativos que soluciones integrales. La atención primaria, lo dijimos, actúa como una gran barrera para prevenir las enfermedades, y lograr una sociedad más productiva con relativamente menor inversión por parte del Estado.
Existen diferentes formas de organizar los sistemas de salud, y casi todas deben lidiar con dificultades que emergen de las necesidades variables y complejas de sus poblaciones. Sin embargo, se sabe que un componente fundamental para tener un sistema de salud exitoso y sólido es orientarlo firmemente a la atención primaria de salud.

Fue en setiembre del año 2005, en la Declaración de Montevideo, que los países latinoamericanos se pusieron de acuerdo en reforzar las bases de atención primaria dentro de sus sistemas de salud. Básicamente se dejaba sentado que los países apoyaban la integración de los principios de atención primaria dentro de sus respectivos sistemas. En el año 2017 la revista inglesa The Economist describió la atención primaria de salud como el “sistema nervioso central dentro del sistema de salud de cualquier país”.

En el caso del Perú, fortalecer la atención primaria de salud es una necesidad actual considerando, entre otras variables, que en algunas décadas la población del Perú aumentará su nivel de envejecimiento; es decir, tendremos más adultos mayores. Por ello el cuidado de la salud debe ser integral, apuntando a las necesidades presentes y proyectándonos para enfrentar los desafíos futuros, tales como las enfermedades crónicas y las que se producen a causa de o en conjunto con otras enfermedades (lo que se conoce como comorbilidad). Es prioritario que los sistemas de salud se concentren más en el paciente para que, de esa manera, la atención sea la más adecuada en el momento preciso.

Un estudio del BID, publicado el año pasado, hace una comparación de los servicios y sistemas de atención primaria de países como Brasil, Colombia, El Salvador, Panamá, México y Jamaica. Aunque solo son seis países, el alcance del estudio es vasto y las ideas que expone pueden servir, con seguridad, para poner mayor voluntad en la atención primaria de salud que se realiza en nuestro país. Por ejemplo, el estudio muestra que monitorear la atención primaria de salud, desde el punto de vista del usuario, es una estrategia que resulta factible y efectiva para ofrecer cada vez mejores servicios.
Por otro lado, el estudio estableció como parámetro herramientas usadas para monitorear la atención primaria en países de la OCDE. De esta forma es posible comparar el progreso de los países latinoamericanos con un conjunto de países con sistemas de salud de alto rendimiento, y que sobresalen en diferentes áreas —como los del Reino Unido o los Países Bajos—, ofreciéndose así la posibilidad de crear comunidades de práctica verdaderamente globales con el objeto de acelerar el intercambio de información y de mejores prácticas.

En los países que participaron en el estudio mencionado se han identificado desafíos comunes referidos, por ejemplo, a la orientación al paciente y la coordinación de la atención. Son servicios que podrían mejorarse con un mejor uso de los sistemas de información de salud y reformas en la manera como se retribuyen las atenciones, que recompensan la atención más centrada en el paciente, en lugar de simplemente recompensar la cantidad de servicios prestados. Estos estudios muestran, además, que las experiencias de atención primaria son determinantes para la forma como las personas ven el sistema de salud en general; incluso si ellos mismos no han tenido contacto directo con él.

Finalmente al fortalecer la base de atención primaria de los sistemas nacionales de salud, a través de un monitoreo constante y una evaluación estricta, se permite que quienes toman las decisiones en materia de salud generen confianza y cumplan con lograr un sistema de salud que sea beneficioso para todos, y que cumpla sus metas teniendo siempre en mente las necesidades de los ciudadanos.
Concentrarnos en la atención primaria constituye, sin duda alguna, una inversión que a largo plazo dará mayor bienestar a los ciudadanos, a la vez que una inversión inteligente por parte del Estado. No esperemos más y avancemos con las reformas que necesitamos. El futuro de la salud en el Perú depende de ello.

 

 

Úrsula Letona
21 de marzo del 2019

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