Giacomo Ugarelli

“Arrivederci, Renzi”. El rechazo al referéndum italiano

“Arrivederci, Renzi”. El rechazo al referéndum italiano
Giacomo Ugarelli
08 de diciembre del 2016

Primero Cameron y ahora Renzi. ¿Qué está ocurriendo con los líderes europeos?

In bocca al lupo” o “en la boca del lobo” es una frase italiana que se utiliza para desearle suerte a un compañero. Esto es seguramente lo que oyó Renzi la mañana del domingo pasado; pero con un tono pesimista ya que todo apuntaba a que en el “plebiscito italiano” sería derrotado por un rotundo “No”. Y así fue. Con una alta participación ciudadana, de casi el 70%, el “No” se impuso con aproximadamente 20 puntos de ventaja. Sin esperar el conteo final, Renzi anunció su renuncia como primer ministro.

Para empezar, es importante saber de qué trataba exactamente el referéndum porque la complejidad del lenguaje, con referencias a 47 artículos de la constitución, fue el arma que utilizó la oposición para desacreditar la consulta. Primero, el referéndum no era otro Brexit; o en este caso, Italexit. Italia está aún lejos de aquella realidad, ya que requeriría un cambio constitucional y otro referéndum nacional. Además, a pesar de que el euroescepticismo crece en toda Europa y que el comediante Beppe Grillo (líder del Movimiento 5 Estrellas que obtuvo el 25.5% del voto en el 2013) pide un Italexit, en Italia no existe un consenso amplio (como en el Reino Unido) sobre una salida del UE.

Este referéndum comenzó siendo una votación sobre unas reformas constitucionales. Pero, al ver que las encuestas aumentaban a favor del “No”, Renzi dijo que dejaría su cargo si el “Sí” perdía, convirtiendo el referéndum en una consulta sobre su liderazgo. Es aquí donde vemos una alianza entre personajes poco similares, como Renato Brunetta (hombre de confianza de Berlusconi), Matteo Salvini (líder de la Liga Norte) y nuevamente Grillo, considerados los antisistema.

Lo interesante es que las propuestas del “Sí” eran más antisistema que su rechazo, ya que Renzi quería cambiar el orden institucional “de siempre”. Con las reformas Renzi buscaba debilitar el peso del Senado (que creaba constantes bloqueos legislativos) para que el Ejecutivo tenga más libertad de acción, un poderío que ningún líder italiano ha disfrutado desde que en 1948 se crearan estas restricciones al Ejecutivo para evitar otro Mussolini.

Pero Renzi no fue derrotado únicamente por el respaldo ciudadano a los otros “antisistema”, sino también por el hartazgo que la ciudadanía tiene al ver poco progreso en sus vidas. Una de las mejores estrategias para combatir el populismo es a través del crecimiento económico, una realidad ajena para los italianos. Renzi prometió revivir la economía, pero en los últimos años Italia ha crecido apenas un 2%, menos que la media europea del 4%. Renzi después reformó las leyes laborales, pero Italia sigue siendo uno de los países con mayor desempleo de Europa, por lo que no sorprende que el grupo que más apoyó el voto al “No” fue el de los desempleados.

Ahora el presidente Italiano podría formar un nuevo gobierno (¡el número 64 en 70 años de democracia!) o convocar unas nuevas elecciones. Los antisistema italianos celebran, y Renzi, quien nunca fue electo pero irónicamente salió “destituido” por decisión popular, deja su cargo casi como castigo por no cumplir aquello que tanto prometió. Porque, como dijo Dante Alighieri en su Divina Comedia, “a quien mucho se le da, mucho se espera de él”.

 

Giacomo Ugarelli -- MSc International Public Policy - University College London, profesor de Análisis Internacional UPC

 
Giacomo Ugarelli
08 de diciembre del 2016

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