Luis Enrique Cam
La misa dominical en TVPerú
Una oportunidad para integrar al país

La imagen del reciente sismo en Lima, ocurrida mientras se transmitía en vivo la misa dominical desde la catedral, se volvió viral el domingo 15 de junio. La escena recorrió noticieros y redes sociales, convirtiéndose en símbolo de una sacudida que, por fortuna, no pasó de ser un susto. Sin embargo, el temor a un gran terremoto sigue latente entre los limeños.
Al observar estas imágenes, surgió en mí una reflexión que va más allá del sismo. ¿Por qué TVPerú transmite todos los domingos la misa únicamente desde la catedral de Lima? Antes que nada, reconozco y valoro esta iniciativa del canal estatal. La transmisión dominical de la misa brinda un valioso consuelo espiritual a miles de personas enfermas, adultas mayores o cuidadores que, por diversas razones, no pueden participar presencialmente en su parroquia. También llega a quienes por motivos de trabajo no pueden cumplir con el precepto dominical —enfermeras, policías, bomberos, personal de seguridad—, quienes encuentran en la pantalla un aliento espiritual.
Dicho esto, ¿no sería enriquecedor que la misa dominical se transmitiera desde diferentes templos del país? ¿Por qué no mostrar, cada domingo, una parroquia distinta, incluso fuera de Lima? El Perú es un país profundamente diverso, no solo en su geografía y cultura, sino también en sus expresiones religiosas. Sería una gran oportunidad para que “el canal de todos los peruanos” visibilice cómo se vive la fe en Ayacucho, Iquitos, Cajamarca o Cusco; cómo se celebra la liturgia en una iglesia de adobe en los Andes o en una parroquia a orillas del río Amazonas.
Este cambio tendría varios beneficios. Por un lado, permitiría mostrar la riqueza arquitectónica y artística de nuestros templos regionales, muchos de ellos verdaderas joyas del patrimonio nacional (pienso ahora en la iglesia de Andahuaylillas o en el recientemente inaugurado santuario de la Virgen de Chapi en Arequipa). Por otro, alentaría a las comunidades locales a preparar con entusiasmo la misa dominical televisada: los predicadores cuidarían su mensaje, los coros ensayarían con esmero, y toda la comunidad local se sentiría parte de una liturgia compartida con el país entero.
Además, en un contexto donde muchas veces Lima parece el centro exclusivo de las decisiones y las cámaras, esta descentralización litúrgica sería un gesto concreto de integración y reconocimiento a las regiones. La misa televisada es una forma de evangelización, pero también podría ser una manera de reafirmación cultural y de sentido de pertenencia.
TVPerú tiene en sus manos una oportunidad valiosa: convertir un espacio de fe en una ventana al país profundo. Ojalá esta propuesta sea acogida con apertura por quienes dirigen el canal de todos los peruanos.
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