Apocalipsis peruano

–Te dije que Antauro la hacía– dijo el general mientras empuñaba un lápiz hasta partirlo (marzo de 2026).

El proyecto de ley de Alejandro Muñante, de 2024, quedó empantanado en una comisión, por lo que cualquiera podía postular. Se sumaban a la competencia un violador, un rehabilitado que le rezaba a Abimael Guzmán y al TC (¿?), el jefe de una banda de asaltantes que decía que “si Castillo ganó por qué yo no”. Los partidos de derecha se aglomeraron en el 15% de la bolsa común sin llevarse distancia.

Todos recordaban aquella vez cuando nadie daba un sol por Pedro Castillo, que ya en 2021 inflamaba los Andes sin que Lima se diera cuenta, mientras se reía de su sombrero y su poncho “Wong style”. Racistas presumidos tornados pronto en “cojudignos” o en víctimas marchantes del Campo de Marte. La magia de los símbolos. Un lapicito hizo lo que un mágico cuy de peluche hizo con el tronco seco PPK en 2016.

El defensor del pueblo y el fiscal de la nación (al que casi sepultan hasta que repararon que estaba en estado catatónico) no movieron sus manitos para que la Suprema declare ilegal al partido de Antauro, que no era de Antauro, pero que se llamaba ANTAURO y que informalmente lo dirigía Antauro ¿tan cojudos somos los peruanos? Mientras se realizaba el conteo para conocer los resultados de la primera vuelta, el autodeclarado “Bukele andino” comenzaba a desmarcarse.

–¿Cuál de todos los autodeclarados Bukeles peruanos?– preguntó el general.

El comediante no (le va bien en la tele, ni cojudo que fuera), tampoco el militar ni el médico ni… la lista era grande entre los cuarenta candidatos, pero eran veinte los que aseguraban que planeaban juicios masivos a los delincuentes, que no eran maras y en un país que no era El Salvador, ¿y si hay inocentes?¡Ay, no me jodas con esas formalidades!

–Candidatos buenos había, un buen conservador bastante decidido, un economista liberal con ideas, un progre que no se casa con trapacerías, un loquito que habla de reconciliación nacional…y Keiko que se desmarcó en las finales y avanzó, no sé cuál de las benzodiacepinas es la mejor.

–Todo hace presagiar lo peor. Y yo les dije a los apristas que el mejor candidato era Mulder, cojudos que son –dijo el General. 

–Antauro dice que fusilará “presidelincuentes”, que puede hacerlo; como puede, si quiere, miccionar en los zapatos de un periodista. Voluntad pura. ¿Quién irá primero al paredón? Su hermano Ollanta, a él con quijada de burro. Y ya que tocamos el punto, seguiría Castillo, con quijada humana. 

–Teniente, con esas cosas no se bromea, después seguimos usted y yo, Cerrón, Vizcarra, el cardenal, el periodista caviar, toda la derecha en un filón….

La pantalla no miente, el conteo es como el filo de una daga en la garganta. Una lámina de sudor se despliega en la frente del militar. “Juicios masivos los de Bukele, pero también los de Stalin y Franco firmando con un eructo sus listas de fusilables después de almuerzo…. y ahora el Perú”, dice el teniente, muy escueto. 

Todo está consumado, estamos en el Perú, siempre nos puede ir peor.