“Amén”, el Papa Francisco y su propuesta

El documental “Amén. Francisco responde” de Jordi Évole, emitido en estreno por Disney+ (Star+ para Perú) el último 5 de abril (Miércoles Santo), ha arrancado una andanada de críticas al Papa Francisco, siendo las más ácidas efectuadas por quienes lo critican por casi todo y otras, las más mesuradas, por quienes argumentan con un mayor rigor. En todo caso, ¿en qué consisten estas críticas? Pues fundamentalmente, en acusarle de “no confirmarnos en la fe” y en “no defender con firmeza y claridad la recta doctrina”, durante una hora y veinte minutos, en donde el Papa responde a todo tipo de preguntas “difíciles”, efectuadas por diez jóvenes seleccionados reunidos con él.

Después de haber visto el documental, puedo afirmar con total seguridad que ninguno de los críticos de la performance de Francisco lo hubiera hecho mejor dentro de semejante plató: con una exmonja que se declara lesbiana y “liberada” fuera de la vida consagrada, con una joven que se declara "no binaria", con una joven feminista activista pro-aborto que a su vez se reafirma como católica, con un joven musulmán africano y una joven evangélica sudamericana, ambos migrantes en España, con un joven que lleva años reclamando ser víctima de abusos sexuales en su niñez, con un joven agnóstico cuyos padres abandonaron la fe, con una joven norteamericana proveniente de una familia de migrantes de la India, con una joven sudamericana víctima de bullying y racismo al migrar a España y que sobrevivió a la anorexia, con una joven madre que vende contenido pornográfico suyo en Internet y con una joven católica del Camino Neocatecumenal (esta última, invitada como única condición del Papa a Évole). Casi casi como para que ninguno proveniente de las llamadas “periferias existenciales” se quede sin representación.

Esto lo afirmo porque viendo y analizando más de una vez las respuestas del Papa, me cercioro que este es muy hábil para darlas: dando primero cabida, a la escucha atenta y a la validación de las emociones de sus interlocutores quienes salvo la chica del Camino Neocatecumenal, son muy críticos con la Iglesia Católica y a la vez defensores de causas polarizadoras y/o controversiales (ideología de género, aborto, abusos sexuales en el seno de la Iglesia, ordenación femenina, etc.); para, a partir de ello, construir sus respuestas sin negar la doctrina de siempre.

Por ejemplo, una de las muchas preguntas “a quemarropa” es la que le hace la joven “no binaria”. Ella le pregunta al Papa si es que la Iglesia tiene un lugar para todas las personas que se sienten parte de la llamada “diversidad sexual”, en claro desafío, a sabiendas de que, por la “guerra cultural” en la que se han embarcado no pocos católicos, estas personas son poco menos que enfermos y desviados. ¿Y qué le responde este? Pues que “…Dios no rechaza a nadie…” y que “…yo no tengo derecho a echar a nadie de la iglesia, mi deber es recibir siempre…”. Genial. Esta respuesta grafica muy bien el estilo pastoral de Francisco. Podría haber dicho: “… (con la anulación de la dualidad sexual) corremos el riesgo de dar un paso hacia atrás. La remoción de la diferencia, en efecto, es el problema, no la solución…” tal y como lo dijo en una catequesis en abril del 2015, o decir que “…hoy a los niños –¡a los niños! –, en la escuela se les enseña esto: que el sexo cada uno lo puede elegir. ¿Y por qué enseñan esto? Porque los libros son de las personas e instituciones que te dan el dinero. Son las colonizaciones ideológicas, sostenidas también por países muy influyentes. Esto es terrible…”, tal y como lo dijo al episcopado polaco en julio del 2016; sin embargo, acogió la pregunta de su interlocutora, validó su emoción (muy seguramente afectada por el modo en el que muchos católicos se refieren a estas personas, incluida ella misma), por lo que “priorizó” a la persona en frente y se lo dijo de otra forma, pero con verdad: respondió lo que está escrito en el Catecismo de la Iglesia Católica.

Sin embargo, tal y como lo constatarán quienes tengan de contactos en sus redes tanto a “conservadores” como a “progresistas”, la performance del Papa no le ha salvado de las críticas de ambos lados, sea por no ser lo suficientemente firme en la “defensa de la doctrina” (que a mi parecer sería la defensa de un modo de entender la doctrina) o por no ser lo suficientemente “abierto”. Por ello, la joven "no binaria" no se queda satisfecha con la respuesta del Papa y le hace otra pregunta: ¿Qué piensa de personas de la iglesia que promueven el odio? A lo que él responde: “…esa gente son infiltrados que aprovechan la escuela de la Iglesia para sus pasiones personales, para su estrechez personal. Es una de las corrupciones de la Iglesia…”, “…pero el día que la Iglesia pierda su universalidad eh, ciegos, sordos, cojos, buenos, malos, todos, deja de ser la Iglesia...”. Fuerte pero nada lejos de la enseñanza de la Iglesia: puedes ser el más pecador de los pecadores y aún así las puertas de la Iglesia seguirán abiertas tanto para ti como para mi, y nadie, por más bueno que sea éticamente, tiene el derecho a expulsarte que no es lo mismo que avalar el pecado.

Por ello, también es válido pensar que lo pudo haber hecho mejor, total, el Papa también es un ser humano y como tal, no tiene el don de la perfección. Sin embargo, considero injusto toda crítica desmesurada que en el fondo pone en duda una verdad de fe: que el Papa ha sido elegido por inspiración del Espíritu Santo y que este obra, contando con nuestra humana insuficiencia.