Eduardo Zapata
Amapola, lindísima amapola
En el distrito de Anguía, uno de los más pobres del Perú
Cuando nos encontramos personas o instituciones con paso firme y decir resuelto, podemos ciertamente hallar detrás certezas ganadas en la decencia profesional y moral. A contrapelo cuando esos pasos firmes y ese decir resuelto no se condicen con estas virtudes individualizables, nace la sospecha. Sospecha que se acrecienta cuando personas e instituciones parecen andar siempre al borde del precipicio, pero en marcha en apariencia ineluctable. ´Pagados de su suerte´ es una expresión que suele utilizarse para estos borders.
Volvamos al título de esta nota. Parte de la letra de una canción de José María Lacalle. Cuya segunda estrofa dice precisamente: “Amapola/lindísima amapola/yo te quiero, amada niña mía/igual que ama la flor de un día”.
Bello paisaje y clima generoso. Cajamarca. Lamentablemente y con ello –según Jaime Antezana y otros especialistas- el clima ideal en el Perú para que la bella flor de la amapola sea más productiva. De donde la producción y tráfico de heroína estaban a un paso. Y hoy pueden explicar los pasos firmes y el decir ineluctable que signan a algunos.
Chota. Lugar –ese sí físicamente ineluctable- para el verificado tránsito de la droga hacia Ecuador o Lambayeque. Aparte de lugar de tránsito también lugar de producción. Y aparte de hogar de gente honesta, espacio donde han florecido aceleradamente no solo bellas flores de amapola sino fortunas nacidas de su conversión y exportación. Y estas fortunas se enseñorean donde se ubica el distrito de Anguía, uno de los más pobres del Perú donde también florece en simultáneo la riqueza para algunos: ¿No más pobres en un país de ricos? Como lo señalan los especialistas y lo hemos adelantado, hacia Ecuador o Lambayeque, cuya capital es Chiclayo, donde al parecer florece el narcotráfico y florecen curiosamente grupos de constructores.
El ideal del narcotráfico es la desaparición de la presencia activa del Estado. Al principio será capturar ese Estado a nivel regional o local, pero mucho mejor será capturar ese Estado y ponerlo a su servicio. Mejor si lo hacemos en nombre de reivindicaciones populares y de raza. Y todavía mejor si todo aquello se hace en nombre de la interculturalidad y el Estado plurinacional. Alineado con la pos modernidad continental.
“Amapola / lindísima amapola / yo te quiero, amada niña mía /igual que ama la flor de un día”. La belleza de la flor de un día convertida en el aval de pasos aparentemente firmes y decires seguros. Pasos acompañados por algunas niñas y no pocos niños y todo aquel que –como dice la canción– “…ama la flor de un día”.
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