Jorge Varela
A Gabriel Boric se le vino the hard winter
Un fracaso total, sin pretextos ni excusas

Un conocido articulista chileno ha escrito que en sectores gubernamentales se ha instalado un escenario desalentador para las expectativas de materializar las prometidas reformas estructurales. “En los partidos de Apruebo Dignidad (Frente Amplio y Partido Comunista) está cundiendo el desánimo y la frustración”. En su opinión después de dos años crece la sensación de derrota estratégica y la idea de que el paso por el gobierno solo tendrá costo político. Algunos de sus dirigentes están cuestionando la política de los acuerdos y apelando a la confrontación mediante la movilización social. (Jorge Schaulsohn. “El oficialismo al borde del colapso nervioso”. Ex-Ante, 1 de marzo de 2024)
Gestión desastrosa y fracaso
“La gestión del gobierno está llena de metidas de patas y de autogoles”, ha dicho Francisco Vidal, presidente del directorio de TVN (Televisión Nacional) y defensor acérrimo del gobierno, quien plantea la necesidad de una revisión general.
Según Schaulsohn, “el problema de fondo de este gobierno es que en su coalición hay partidos anti reformistas y revolucionarios, que no han escatimado palabras para expresar su lejanía con el orden establecido y su distanciamiento con la transición (democrática) y sus principios”. (artículo mencionado)
Desde un enfoque político-ideológico, estos dos años han sido un desastre. El apoyo social a Gabriel Boric está deteriorado: “se ha producido un reflujo, un distanciamiento de la ciudadanía”, un cambio reflejado en el impulso de un centro democrático todavía difuso que se caracteriza por alejarse de los extremos de izquierda y derecha.
El origen del pánico
El desconcierto que agobia al oficialismo es algo impresionante, pero no debiera sorprender a los más advertidos. El ímpetu refundacional que alimentó la fase inicial de este experimento político y logró engañar a muchos incautos, sucumbió el 4 de septiembre de 2022 al cumplirse tan solo 6 meses de travesía mediocre. A partir de este golpe de rechazo contundente al plexo de Boric, él y sus aliados han caminado por la realidad como si fueran una colonia de pingüinos desorientados que no perciben dónde se encuentra el océano.
En busca de pretextos y excusas
Los efectos demoledores y paralizantes del golpe recibido explican la actual seguidilla de reacciones. Para el diputado de Convergencia Social (CS) Gonzalo Winter, -quien aspira a la presidencia del Frente Amplio (FA)-, todo pareciera reducirse a una causa basal: “los partidos de izquierda han fallado en su rol de dar una disputa política e ideológica” (declaraciones a El Mercurio, 1 de marzo de 2024)
El análisis de Winter omite un factor clave: en la alianza de gobierno ha habido y hay tres visiones: la leninista ortodoxa del Partido Comunista, la heterodoxia radical del Frente Amplio y la curvilínea ambivalente del autodenominado Socialismo Democrático.
Winter afirma que “el gobierno ha cometido un error en estos dos años: ..en su afán de acuerdos que son necesarios para mejorar la vida de los chilenos… en la búsqueda de acuerdos ha parecido que lo que busca este gobierno no es la justicia social, sino el acuerdo mismo”. Al leer esta referencia a la ‘justicia social’, es imposible no vincular su léxico estratégico a esa fórmula justicialista del peronismo argentino que tiene en la pobreza al noble país trasandino.
La receta ideológica de Winter
Al cumplirse la mitad del mandato presidencial, Winter -diputado cercano a Boric- quien está autoconvencido de que le ha pegado con un mazo al gato, dice que “el gobierno tiene que asumir un rol en la disputa de las ideas, porque si no va a perder todo” (La Tercera, 3 de marzo de 2024)
En opinión de Winter, Boric “tiene la virtud de marcar una orientación moral, un liderazgo espiritual”. (Emol, 29 de febrero de 2024). Es lo que no se ha visto recientemente en el manejo presidencial del secuestro y homicidio del ex-teniente venezolano Ronald Ojeda, pues el mandatario chileno ha optado por cruzar lanzas con los partidos de oposición al hacer una apología innecesaria del Partido Comunista, cuyo compromiso ideológico con regímenes tiránicos (Cuba, Venezuela, Nicaragua) está en las antípodas de los valores de una democracia real al servicio del hombre. Boric publicó en la red X: “no tengo ninguna duda del compromiso democrático y social del PC chileno”. Cómo diría Condorito: ‘Exijo una explicación’ racional, coherente.
Un Boric acorralado por la dureza sectaria de sus aliados comunistas, por las inepcias de sus compañeros del FA y por sus propios errores, continuará soportando crecientes dificultades para salir del embrollo en el cual está atrapado.
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