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La llamada “hija de la laguna” nunca ganó un juicio de propiedad
Con el Premio Ambiental Goldman 2016, Máxima Acuña de Chaupe se ha convertido en la heroína de la lucha contra la “perversa minería”. Desde este portal hemos sostenido que la izquierda radical antiminera ha construido una narrativa poderosa, basada en mentiras y utilizando a Máxima Acuña de Chaupe. Sin embargo, el relato no está completo. Detrás de la historia de la “mujer luchadora”, hay un objetivo claro: eliminar a la minería moderna. Lo que es sorprendente es que algunos medios de comunicación serios hayan tomado la noticia sin una mínima actitud crítica y sin cruzar los datos ni la información necesaria.
El relato izquierdista es el siguiente: Máxima Acuña de Chaupe y su esposo Carlos Chaupe son dueños del terreno que ocupan en Tragadero Grande, en Sorochuco (Cajamarca), y la minera Yanacocha pretende despojarlos de esa tierra abusando de su poder económico y sin tener ningún derecho. No obstante, la verdad es diferente. Los terrenos que reivindica la familia Chaupe Lozano pertenecen legalmente a Yanacocha (Proyecto Conga) desde 1997.
El 18 de noviembre de 1997, a través de una escritura pública, la Comunidad Campesina de Sorochuco vendió a Minas Conga SRL 226.69 hectáreas ubicado entre el Cerro Cocañes y El Perol, en Sorochuco, provincia de Celendín. El mencionado terreno se dividía en tres parcelas y una de estas era conducida por Samuel Chaupe Rodríguez —suegro de Máxima Acuña de Chaupe— quien suscribió la escritura de compra-venta el 18 de noviembre de 1997. Luego, el 27 de febrero de 2001, Minas Conga SRL transfirió la propiedad a Minera Yanacocha SRL. El documento consta en la Partida Electrónica No. 02281452 del Registro de Propiedad Inmueble de Cajamarca.
Catorce años después de que la Comunidad de Sorochuco vendiera el terreno a Minas Conga, Jaime Chaupe Lozano, hijo de Samuel Chaupe Rodríguez y esposo de Máxima Acuña, quiso tomar posesión invadiendo el terreno y DESCONOCIÓ la compra-venta que hizo la Comunidad Campesina en 1997. El mismo Jaime Chaupe Lozano, el 25 de mayo de 2011, denunció a Yanacocha ante la Fiscalía de Celendín por usurpación del terreno; sin embargo una inspección de la Fiscalía del 12 de agosto de 2011, con la presencia de Jaime Chaupe y su abogado, archivó la denuncia. Días antes de realizarse la diligencia, el 8 de agosto, Chaupe Lozano y un grupo de ronderos invadieron el terreno y construyeron una caseta de vigilancia. Ante la negativa de retiro, Yanacocha denunció a Jaime Chaupe y al grupo de ronderos, en el que se encontraba Máxima Acuña, por usurpación de los terrenos. Luego Yanacocha solicitó ante la Fiscalía el desalojo preventivo, hecho que jamás se realizó.
El 29 de octubre de 2012, el Juzgado Penal de Celendín condenó a Jaime Chaupe y a las otras tres personas, incluida Máxima Acuña, a tres años de pena privativa de libertad, suspendida por el periodo de prueba de un año. Además se fijó la devolución del inmueble usurpado en un plazo no mayor de 30 días. El 17 de diciembre de 2014, la Sala Penal de Cajamarca absolvió a la familia Chaupe del delito de usurpación. Sin embargo, ¡la Sala no declaró ningún derecho (de posesión o propiedad) a favor de la familia Chaupe! Lo que SÍ existe es una medida cautelar dictada por el juzgado de Celendín, que ordena a los miembros de la familia Chaupe abstenerse de realizar actos que perturben la posesión de Yanacocha sobre el terreno de propiedad de la empresa.
En contraste con las falsedades que la izquierda antiminera inventa están los hechos y documentos que aclaran que Máxima Acuña de Chaupe no es David ni Yanacocha es Goliat. Y que Máxima no ha ganado juicio alguno sobre el terreno.
Fotografía: Antonio Sorrentino
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