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La verdadera historia detrás del Premio Ambiental Goldman 2016
La cajamarquina Máxima Acuña de Chaupe ha obtenido el Premio Ambiental Goldman 2016, que otorga todos los años la Fundación Goldman Insurance Service, con sede en San Francisco (California). Según su página web, el premio es un reconocimiento a los líderes o personalidades que luchan por el medio ambiente. El premio consta además de US$ 150,000 cifra nada despreciable. No obstante, no todo se ha dicho al respecto.
La izquierda radical ambientalista ha impuesto una sola narrativa, convirtiendo a la agricultora Máxima Acuña de Chaupe en el símbolo de una lucha sin cuartel contra la empresa minera Yanacocha y el proyecto minero Conga. En semejante narrativa, Máxima Chaupe y su esposo Carlos Chaupe son dueños del terreno que ocupan en Tragadero Grande, en Sorochuco (Cajamarca), y la minera Yanacocha pretende despojarlos de esa tierra sin tener ningún derecho, abusando de su poder económico. Máxima Chaupe es David enfrentando a un perverso Goliat, en este caso Yanacocha. Según Goldmanprize.org, Acuña “se puso de pie por su derecho a vivir en paz fuera de su propia tierra, una propiedad buscada por Newmont y Buenaventura Minería para desarrollar la mina de oro y cobre Conga”.
Pero resulta que esta historia no es verdadera. En su defensa Máxima Chaupe presenta como pruebas un certificado de posesión otorgado por la comunidad de Sorochuco y su supuesta residencia en ese lugar desde enero de 1994, asegurando además que es su única propiedad. Sin embargo, está probado que el único título de propiedad de esas tierras le perteneció a la comunidad de Sorochuco, que las vendió a Yanacocha —incluso Tragadero Grande— por acuerdo de sus miembros; entre ellos Samuel Chaupe, suegro de Máxima. Además, fotografías satelitales de 1994 demuestran que el lote que ocupan hoy los Chaupe estaba vacío entonces. Recién lo invadieron el 2011, cuando estalló el conflicto de Conga.
Todo indica que a Máxima Chaupe le ha ido muy bien desde que empezó su batalla contra Yanacocha. Hace algunos meses el Ministerio de Cultura financió un filme llamado La hija de la laguna, cuyo argumento se centraba en la “batalla” de Chaupe contra la “todopoderosa” compañía minera. El mencionado filme presentaba a Chaupe como una campesina casi indigente, que valerosamente defendía lo poco que tenía. Pero la supuesta campesina indigente es dueña, junto con su esposo, de ¡nueve predios!: seis en el distrito de Sorochuco (Chilin, Agenco I, Agenco II, La Tuna, Alucha) y tres en el distrito de Huasmín (Sigues, Playa de Sigues y Nueva Chica). Lo raro es que consiguieron esas propiedades en los años 2004 y el 2005, tras demostrar la posesión prolongada de las mismas. ¿Cómo lo demostraron, si dicen que en esos años vivían en Tragadero Grande?
Antes de conocerse sus propiedades, Máxima Chaupe declaró a la prensa cajamarquina que Yanacocha la había amenazado de muerte y que, si moría, quería que la entierren en Tragadero Grande, porque “es la única propiedad que tengo”. También declaró a Cajamarca Reporteros que “compré mi terreno sufriendo, sin comer un pan, sin vestirme una ropa, sin dormir”.
No hay duda de que la narrativa de la izquierda radical antiminera se ha impuesto y hoy todo los ojos del mundo ven a Máxima Chaupe como el símbolo de lucha por la vida y en contra de la minería en Cajamarca y en el Perú. Sin embargo, desde este portal creemos que la historia completa debe conocerse para desnudar todas las mentiras fabricadas por la izquierda antiminera.
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