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A una semana del fallecimiento de Luis Abanto Morales, “el cantor del pueblo”

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  • 21 de junio del 2017

A una semana del fallecimiento de Luis Abanto Morales, “el cantor del pueblo”

Trujillano “de pura cepa” desde un 25 de agosto de 1923, criado en Cajabamba (capital de la provincia homónima en Cajamarca) y migrante en Lima en 1936, Luis Abanto Morales, el famoso intérprete de “Cholo Soy y no me compadezcas”, después de una vida fructífera, falleció el 14 de junio a las 12:30 a.m. en el hospital Edgardo Rebagliati, a los 93 años de edad y un día antes de celebrar el Día de la Canción Andina (declarado por Decreto Supremo en el 2006). Autoridades de todo color político manifestaron su pesar por la pérdida de uno de los luchadores por la ciudadanía en el cancionero peruano.

"El cantor del pueblo", danzarín de la Señorial Danza de los Diablos de Cajabamba, registró 106 temas en APDAYC, repertorio lleno de clásicos que identificaron, tarde o temprano, al migrante, y que trascendieron fronterasPasó su niñez en Cajabamba, al quedar huérfano de padre, bajo el cuidado de su abuela paterna. A la edad de trece años se trasladó a Lima, en donde residió. Siete años después era practicante de cachascán, según reveló en el programa Cántame tu vida de TV Perú en el 2011. 

Su actividad artística inició en 1942, como ganador del concurso “La canción de los barrios”, que organizaba Radio Callao. En ese entonces, era conocido como el “Estilista criollo” por su particular tono, ritmo y volumen en el canto. “Él me dio la oportunidad en 1945 de viajar con Aída y Rosina Martorell, y Carlos Inga Segovia a Santiago de Chile, porque (en el Perú) no se grababan discos”. Y en la década de 1950 haría famosa en el Perú la canción “Mambo de Machahuay”. En palabras de Abanto Morales al describir sus inicios: “No tenía mucha voz. Trataba de buscar un estilo que me identifique”. Un estilo que lo marcó de por vida. Una voz dulce, junto a ese salero característico de los chansonniers del criollismo, con poncho al hombro y alhajas en las manos. 

Años después, la Argentina le trajo dichas. Siempre recalcó su admiración por Carlos Gardel. Y pudo codearse con vates importantes quienes fueron pilares de sus creaciones. Conoció a Atahualpa Yupanqui, "filósofo popular", considerado el más importante músico argentino de folclore. El Gaucho Pampa, trovador argentino, quien recitaba el poema “No me compadezcas”, del poeta también argentino Boris Elkin, inspiró el tema “Cholo soy” que llegaría al imaginario nacional (en 1973) para cambiar perspectivas, convirtiéndose desde los ochentas en uno de sus mayores éxitos. “Le puse música y le hice varios ajustes al texto”, relató. Esta interpretación expresa el reclamo mestizo al status quo oligarca y racista. 

En una entrevista que dio al programa radial “La hora de Juan Cruz” —en Radio Creativa AM 1230, en Argentina, febrero del 2010— señaló “Nosotros somos cholos. Y tú sabes que la historia es inamovible, y ahora es un tema que a mí mismo me depara un profundo respeto”. En ese país también, enamoró a la madre de sus cuatro hijos: María Ester Carolina Bailey, profesora de matemática y física, estadunidense de ascendencia argentina. Se casó con ella en diciembre de 1951.

Luis Abanto Morales se sentía cómodo en dos de los géneros más importantes del Perú: la canción criolla y la andina. Su música fue más que desafiante: consistió en introducir ritmos y temáticas de la sierra al interior del vals criollo tradicional, sin dejar de mencionar, figuras de la selva como “Contamana”. Fue reconocido el 3 de junio de 1987 como Patrimonio Artístico de América por la Organización de los Estados Americanos (OEA) junto a otros grandes artistas de la música peruana: Jesús Vásquez (“La Reina y Señora de la Canción Criolla”), El emblemático dúo Óscar Avilés y Arturo “Zambo” Cavero, y el compositor nacionalista Arturo Polo Campos.

En estos tiempos en que el norte necesita reconstruirse, surge otra vez la pregunta qué tipo de identidad producen las canciones. Aunque la mayoría lo recordará por sus éxitos entre los sesentas y setentas, fue idolatrado por multitudes y miembro de una generación de artistas que poco a poco desaparece. Futuros exponentes deben pulir el cimiento día tras día para consolidar una nación próspera, solidaria, justa, respetuosa y tolerante. Al cantar sus temas en versiones tradicionales, y nuevas, a todo pulmón, jamás lo olvidaremos.

  • 21 de junio del 2017

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