Dante Bobadilla

Ideología y escuela

Ideología y escuela
Dante Bobadilla
22 de diciembre del 2016

Hay que desterrar todas las ideologías, ya sean religiosas o sociales

Toda ideología reemplaza la realidad por un relato que explica cómo es la realidad o cómo debería ser. Toda sociedad se sustenta en algún tipo de ideología cultural que le permite a la gente entender su mundo de alguna manera fácil, y usualmente se trata de una visión religiosa arcaica. La ciencia es todo lo contrario, pues elude cualquier forma de atavismo y prejuicio para conocer la realidad tal cual. Esto hace que la ciencia acabe confrontada con todo tipo de ideología. Ahora bien ¿qué enseñar en la escuela? La escuela solo debe servir para adquirir un conocimiento cabal de la realidad y desarrollar capacidades. Para nada más.

Para estos fines la escuela debe dedicarse a la ciencia, las artes y los deportes. La práctica de las artes desde temprana edad desarrolla todas las facultades cognitivas, empezando por la creatividad. Ningún tipo de ideología debería tener cabida en la escuela, y menos a temprana edad porque afecta el sentido de la realidad. Toda ideología, desde las religiosas hasta las sociales, tienden a formar sectarios fanáticos que impulsan la segregación y los odios. En nuestras escuelas siempre se ha inculcado la religión bajo el pretexto de “enseñar valores”, aunque evidentemente no ha dado resultados. Los valores no se enseñan como cursos, sino que se practican en la vida misma. No se puede enseñar orden, puntualidad, limpieza y respeto a los demás como conceptos a ser memorizados. Tampoco se deben enseñar falsos valores.

El reclamo que diversos grupos religiosos hacen ante el Ministerio de Educación protestando grotescamente contra la ideología de género del currículo escolar es descarado, pues no dicen nada del adoctrinamiento religioso en la escuela, el cual empieza en el nido. Muchos colegios religiosos se toman la libertad de chantajear al estudiante con no matricularlo el próximo año si no ha cumplido con los sacramentos correspondientes. ¿Con qué derecho? Esta perversa mezcla de educación y adoctrinamiento religioso es un acto impune y descarado que debería merecer la corrección de parte del Ministerio de Educación si hay reforma alguna.

Por su parte, la ideología social pretende inculcarle al estudiante falsos valores como la igualdad, que chocan directamente con la realidad, de la misma manera en que lo hacen los mitos religiosos. En el mundo real no existe ninguna igualdad. Ni una sola de ningún tipo. La igualdad no es más que un concepto. Desde que nacemos somos diferentes y únicos, partiendo de nuestra exclusiva carga genética hasta nuestra familia y comunidad concreta. Y ni siquiera somos iguales ante la ley, pues existen sectores privilegiados gracias a estas ideologías sociales. La tesis de la “igualdad de oportunidades” también es un absurdo total que se quiere imponer a la fuerza solo por ideología social. Bastaría con practicar en la escuela (no enseñar) el respeto mutuo, el respeto al otro en su unicidad y diversidad. Eso es suficiente para limitar el propio accionar como persona libre frente a los demás, como iguales en el uso de la libertad.

Hay que desterrar todas las ideologías de la escuela, tanto las de corte social como religioso. Ninguna es útil para formar ciudadanos libres. Todo lo que hacen es dar ideas sobre una realidad falseada ex profeso bajo la excusa de los valores. Los valores se asimilan conviviendo bajo la guía de un tutor. El solo hecho de practicar deportes nos permite internalizar la disciplina personal, el respeto a las reglas de juego, el trabajo en equipo y la honestidad, y refuerza el sentido de competitividad y de responsabilidad, haciéndonos aprecian el honor y la dignidad. No hace falta que nos llenen de ideología de ninguna clase para aprender valores reales.

La tan cacareada “reforma educativa” no pasa de ser más que un engañabobos. No solo van a seguir adoctrinando a los niños con la absurda metafísica religiosa, sino además con ideología socialista. Pobres niños. Es una especie de remake de la reforma de Velasco, en la que también se intentó construir al “nuevo hombre”, llenándolo de ideología socialista barata e indigestas dosis de nacionalismo chauvinista. Lo que buscan las ideologías es crear sujetos al servicio del Estado, la Iglesia o el partido, antes que ciudadanos libres comprometidos con la realidad y con libertad para pensar y decidir por sí mismos. Ojalá recuperemos la verdadera educación.

Dante Bobadilla

Dante Bobadilla
22 de diciembre del 2016

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