Editorial Política

Urgente: ¡Norma para que privados importen vacunas!

Congreso debe aprobar norma que destrabe nudos de burocracia

Urgente: ¡Norma para que privados importen vacunas!
  • 28 de febrero del 2021

En el Perú sucede un fenómeno que ya empieza a quedar registrado como uno de los peores de nuestra reciente historia: un Estado que no puede contener la pandemia, en medio de una creciente letalidad, y una sociedad y un sector privado que pueden comprar vacunas; pero ese mismo Estado, que fracasa en todo, e inventa uno que otro argumento para oponerse a que los privados ayuden en la inmunización de la sociedad. 

¿Cómo entender este absurdo? ¿Cuántas decenas de muertes pudieron ser evitadas y cuántos decesos se podrían evitar si es que la tramitología colectivista no se opusiera a una convergencia público privada para garantizar la inmunización de la sociedad en el 2021? El embajador de la Federación de Rusia, Igor Romanchenko, acaba de desmentir a la administración Sagasti y al ministro de Salud Óscar Ugarte, señalando que sí le puede vender la vacuna Sputnik (entre las mejores del mundo) al sector privado y a los gobiernos regionales, y que alrededor de 20 millones de dosis podrían estar en pocas semanas en suelo peruano.

Es evidente que la oposición a que la sociedad y los privados se movilicen para inmunizar a la población en el 2021 ya no se puede explicar por criterios sanitarios, sino por criterios ideológicos y políticos. Es decir, un sector de burócratas colectivistas considera que la tragedia nacional que ha desencadenado la pandemia del Covid –con la alta letalidad– puede ser sometida a evaluaciones ideológicas y políticas.

El Ejecutivo entonces debería rectificar al término de la distancia y promulgar un decreto supremo para garantizar la importación y distribución de vacunas por el sector privado. Si la administración Sagasti persiste en el lamentable yerro, entonces el Congreso debe aprobar una ley que destrabe todos los nudos de la burocracia colectivista. ¿Qué debería contener esa norma? En primer lugar, el Perú debería homologar todos los registros sanitarios de vacunas en tercera fase de ensayos clínicos con los registros de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA en inglés) de los Estados Unidos, la Agencia de Medicamentos de Europa (EMA) y el Ministerio de Salud de la Federación Rusa.

De esta manera, se superaría la lamentable y negligente actuación de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), que se ha convertido en una de las principales trabas a superar para garantizar una estrategia victoriosa contra la pandemia. De otro lado, el Estado debería asumir la garantía de todas las vacunas en tercera fase de ensayos clínicos, aprobados en Estados Unidos, Europa y la Federación Rusa, tal como lo exigen los laboratorios. 

¿Qué argumento puede haber para oponerse a este tipo de decisiones? ¿Acaso debemos confiar más en la Digemid que en la FDA, la Ema o el Ministerio de Salud de la Federación Rusa? Imposible. La norma que posibilita importar y distribuir a los privados la vacuna contra el Covid, entonces, debería haber sido aprobada ayer.

Hoy, el Perú tiene el sector privado más poderoso y extendido de su historia republicana, pero también tiene un Estado fallido, que se cae a pedazos bajo la administración de la burocracia colectivista. A pesar de la recesión y el aumento de la pobreza, la mayoría de peruanos está en condiciones de pagar las dosis para garantizar la inmunización personal y de la familia. Los seguros privados, las AFP y las empresas, urbanas y rurales, podrían garantizar la inmunización de alrededor de 20 millones de peruanos.

Con esta lógica, las vacunas conseguidas por el Estado se focalizarían en la inmunización de los más pobres, los sectores vulnerables y en las zonas y regiones más golpeadas por el Covid. La pandemia y la letalidad caerían con extrema rapidez y el Perú se organizaría adecuadamente para enfrentar una eventual tercera ola de un virus que suele mutar cada 6 o 12 meses.

Desde cualquier punto de vista es absolutamente incomprensible la posición del Ejecutivo y del sector Salud: la ideología antes que las urgencias nacionales para enfrentar la pandemia. En cualquier caso, si en las próximas horas el Congreso no aprueba una ley clara y precisa para la importación de vacunas por parte del sector privado, igualmente estará compartiendo responsabilidades con el Ejecutivo.

  • 28 de febrero del 2021

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