Un nuevo caso “Máxima Acuña” en Cajamarca

Sectores antimineros pretenden inventar otro caso similar al de Máxima Acuña en Cajamarca. Esta vez ya no es la “Hija de la laguna”, sino la historia de un “campesino” –Raúl Ishpilco Cueva– , quien sería el “David” contra la empresa Yanacocha (la supuesta “Goliat”). Un libreto que se suele desarrollar para presentar a las empresas mineras como abusivas y contrarias a los intereses de las comunidades locales. Algo que es falso, tal como lo hemos visto en el curso de la pandemia: en Cajamarca el aporte de las empresas mineras ha sido vital para enfrentar al Covid.

Días atrás, exactamente el martes 12 de enero, Raúl Ishpilco habría intentado invadir, de manera violenta, una propiedad de la empresa minera Yanacocha (ubicada en la zona de Mishacocha, caserío Lagunas de Combayo, distrito de La Encañada) acompañado de varios periodistas locales y de otro ciudadano, llamado Simón Huamán Tocas. 

Pues bien, Raúl Ishpilco reclama ser dueño y propietario de la zona de Mishacocha (cercana al proyecto Conga) y presenta una minuta privada de compraventa otorgada por Simón Huamán el 3 de marzo de 2009, con firma del Juez de Paz de Combayo. Vale recalcar las fechas: Ishpilco presenta un documento ¡del año 2009!

Sin embargo, esta zona que Ishpilco reclama como suya desde el 2009, fue adquirida por la empresa minera tres años antes –entre los años 2002 y 2006– al verdadero dueño, llamado Clemente Cercado Flores. No solo eso. Yanacocha usa la posesión de manera pública y pacífica. Asimismo, la delimitación del predio, con precisión de sus linderos debidamente georreferenciados, se halla inscrita en Registros Públicos.

El terreno contiguo a Mishacocha ¡también fue adquirido por la empresa minera!, en el año 2006 a Javier Huamán Chugnas. Y en dicha compra participó su hijo, Simón Huaman Tocas, a través de su firma y cobro del cheque correspondiente. No obstante, el mismo Simón Huaman Tocas es quien acompañó a Raúl Ishpilco a invadir el terreno de Yanacocha. ¡Increíble!

Diversos sectores antimineros han empezado a desarrollar y difundir la idea de un nuevo caso “Máxima Acuña”. Es importante recordar que los Acuña Chaupe señalan que son dueños de la zona denominada Tragadero Grande, y que la empresa minera Yanacocha quiere despojarlos. Pero resulta que esta historia tampoco es verdadera. En su defensa, Máxima Acuña presenta como pruebas un certificado de posesión otorgado por la comunidad de Sorochuco y su supuesta residencia en ese lugar desde enero de 1994, asegurando además que es su única propiedad. Sin embargo, está probado que el único título de propiedad de esas tierras le perteneció a la comunidad de Sorochuco, que las vendió a Yanacocha —incluyendo Tragadero Grande— por acuerdo de sus miembros; entre ellos Samuel Chaupe, suegro de Máxima.

Como ven, la izquierda y sus voceros y medios no han tardado en inventar un nuevo caso de “injusticia”, utilizando mentiras e imprecisiones. La única verdad es que la izquierda quiere liquidar la minería moderna en Cajamarca y el Perú. Ya lo hicieron paralizando el proyecto Conga, que de haberse ejecutado hoy sería un motor antipobreza y una fuente de empleos, en una región que tiene a varios distritos bajo el umbral de la pobreza. Una conducta difícil de entender.