Editorial Política

Sin adelanto, ¡a defender el Estado de derecho y las instituciones!

La insurrección bolivariana prosigue, pero comienza a ser derrotada

Sin adelanto, ¡a defender el Estado de derecho y las instituciones!
  • 02 de febrero del 2023


El Congreso no ha aprobado el adelanto general de elecciones, tal como  planteaban las corrientes comunistas y progresistas luego del golpe fallido de Pedro Castillo. De otro lado, no hay nada que indique que las cosas cambiarán más adelante, sobre todo por el pretexto de las bancadas de izquierda de condicionar el adelanto de elecciones a un referendo sobre la convocatoria de una asamblea constituyente.

¿Cuál será el efecto principal de la negativa a adelantar las elecciones? A nuestro entender, semejante decisión producirá una desmoralización general en el mando bolivariano que organiza la violencia en el Perú y desalentará a todos los radicalismos habidos y por haber. ¿Por qué planteamos semejante tesis? Porque la estrategia insurreccional, que busca quebrar el Estado de derecho para convocar una constituyente, es una esencialmente de minorías organizadas frente a las mayorías silenciosas y pasivas del país. Si la insurrección se prolonga demasiado por la resistencia del sistema constitucional, las mayorías afectadas por la quiebra del aparato productivo, de los mercados emergentes y la economía familiar dejarán de ser pasivas y se levantarán contra las vanguardias comunistas y radicalizadas. Algo parecido ya empezó a suceder en Ica, en el Callao y en el Cusco, y terminará generalizándose en la sociedad.

El mando bolivariano entonces sabe que la resistencia del Estado de derecho es el peor enemigo de su estrategia insurreccional: a la larga saben que terminarán repudiados y rechazados por las mayorías que defienden la economía familiar. De allí que la negativa del Legislativo a adelantar las elecciones, según nuestro criterio, será devastadora para la insurrección contra el sistema constitucional.

Una estrategia insurreccional contra el Estado de derecho, que utiliza el bloqueo de carreteras para desabastecer las ciudades y quebrar el aparato productivo, que ataca aeropuertos y comisarías, que organiza milicias urbanas para masacrar a la policía nacional (PNP), lo que busca, principalmente, es desmoralizar a la sociedad y a las élites políticas. El motivo: extender la desesperación para hacer creer que el adelanto general de elecciones y la asamblea constituyente restablecerán la paz social y la gobernabilidad. Desde la experiencia de la Rusia del Zar en 1917 hasta la capitulación de la democracia chilena ante el octubrismo insurreccional del 2019, cuando un sistema se rinde ante las vanguardias comunistas solo organiza el escenario de su destrucción. Chile, el milagro de los países emergentes, hoy yace arruinado. 

De allí que la defensa de la Constitución y el Estado de derecho en el Perú solo dependa de las herramientas constitucionales. Nada fuera de ellas. A la extraordinaria y heroica labor de la PNP y de las fuerzas armadas, debemos sumarle la más impresionante movilización del Ministerio Público y el Poder Judicial para identificar y procesar a las decenas de vándalos, delincuentes y terroristas que han asolado el país. Se debe desterrar la sensación de impunidad. A la conversión de la PNP en la más equipada y en la más eficiente de todas las policías de la región, debemos agregarle la organización de la ciudadanía para ejercer el derecho a la legítima defensa de la producción, la propiedad y la economía familiar.

Algunos se desmoralizan porque gran parte de la economía y los avances sociales son destruidos por la violencia insurreccional. Luego de la elección de Pedro Castillo, el peor candidato de la historia republicana, el menos preparado y con claros vínculos con el maoísmo, ¿acaso alguien pensaba que no iba a haber destrucción en el Perú? Dios es peruano, pero no tanto.

Más allá de la destrucción y de las adversidades de la información internacional, el Perú comienza a ser un ejemplo latinoamericano y mundial en la defensa de su Constitución y su Estado de derecho. Si mantenemos nuestras instituciones, la recuperación será rápida y nadie nos podrá detener en décadas. Ya alguna vez Inglaterra nos enseñó que cuando un pueblo mantiene su Estado de derecho –a pesar de la destrucción y bombardeos del nazismo– esa nación, esa sociedad, resurge con extraordinaria rapidez y supera todos los logros previos.

  • 02 de febrero del 2023

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