Siguen las mentiras de la izquierda antiminera

El día miércoles pasado, en una entrevista en un medio televisivo, el ex sacerdote y ex congresista Marco Arana, integrante del Frente Amplio, desarrolló todas las mentiras y leyendas habidas y por haber contra la minería moderna en el Perú. No solo dijo que la minería “no es una actividad preponderante” en el país, desconociendo por completo los números que indican el impacto en el PBI, en la tributación y en las exportaciones; además minimizó la enorme contribución del sector minero para enfrentar la pandemia y lanzó todo tipo de inexactitudes.

Antes de continuar, vale recordar que en Cajamarca, una región minera, las diversas empresas mineras se han movilizado de manera conjunta, como pocas veces en la historia, para ayudar a las autoridades (regionales y locales) y a la población en general a enfrentar las graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la pandemia. Lo que ha sucedido en Cajamarca es una verdadera alianza público-privada en una hora de tragedia.

En ese sentido, las empresas mineras han donado miles de canastas de víveres, que han sido repartidas a las familias vulnerables en una región que tiene tres de los diez distritos más pobres en todo el país, directa consecuencia del radicalismo que impide el desarrollo de más proyectos mineros. No solo eso, se han donado balones de oxígeno, camas UCI, camas de emergencia, pruebas rápidas, etc. En los últimos días, para continuar con el ejemplo, Yanacocha entregó una planta de oxígeno que producirá 30 metros cúbicos de oxígeno clínico por hora (unos 68 balones diarios), cuya inversión asciende a US$ 500,000 y que contará con dos sistemas de funcionamiento: uno conectado a la red de cañerías, que lleva el oxígeno a las camas del paciente, y un sistema de carga de balones. No solo eso, además donará balones de oxígeno, tan necesarios en estos momentos.

Sin embargo, dijo el ex sacerdote Arana que Yanacocha “no puede utilizar una tragedia como esta para lavarse la cara (…) y aprovecharse de la necesidad de la gente”. Y cuestionó la entrega de la planta de oxígeno porque, según sus palabras, la planta no sería una donación sino una deducción de impuesto para obtener beneficios tributarios.

Si bien Yanacocha ha desmentido las tendenciosas palabras de Arana, ya no causa sorpresa que el líder del Frente Amplio, un reconocido activista antiminero, desarrolle campañas sobre la base de inexactitudes y mentiras. Vale recordar que la ONG Grufides, cuyo dueño también es el señor Arana, construyó una narrativa que convirtió a la agricultora Máxima Acuña de Chaupe en el símbolo de una lucha sin cuartel contra la empresa minera Yanacocha y el proyecto minero Conga. En semejante narrativa, Máxima Chaupe y su esposo Carlos Chaupe fueron presentados como dueños del terreno que ocupan en un lugar llamado Tragadero Grande, en Sorochuco (Cajamarca), y que Yanacocha como una empresa que pretende despojarlos de esa tierra sin tener ningún derecho, abusando de su poder económico. Todo ello resultó una gran mentira.

El señor Arana no puede seguir mintiendo. Si bien es comprensible su animadversión a la minería moderna (que genera riqueza) no puede desarrollar una oposición cerril sin sustento alguno. El señor Arana, ni en los momentos de dolor puede dejar de mentirle así al país.