Editorial Política

Si no hay genéricos, ¿es culpa de los privados o del Estado?

Ejecutivo lidera campaña controlista para eludir responsabilidad

Si no hay genéricos, ¿es culpa de los privados o del Estado?
  • 20 de mayo del 2020

Lo hemos sostenido varias veces en este portal desde que se desató la pandemia y se decretaron la emergencia y las diez semanas de cuarentena: la recesión que se devorará más del 12% del PBI, que se tragará más de dos millones de empleos en las ciudades y que lanzará a tres millones de peruanos a la pobreza, desatará un huracán populista de políticos irresponsables y sin visión de país. Y como en todo tifón de demagogia, los políticos le cargarán las culpas al sector privado, no obstante que los recursos que ellos manejan y dispendian son –en más de un 80%– el aporte de las empresas que demonizan.

El fracaso del Ejecutivo en la contención de la pandemia –que agrava la recesión– pretendió ser explicado por la desesperación de los sectores populares, que no podían guardar cuarentena de diez semanas porque tenían que salir a vender y comprar todos los días por una sola razón: de lo contrario se mueren de hambre. Y ahora la escasez de genéricos para tratar a los pacientes con Covid-19, igualmente, pretende cargarse a los hombros del sector privado. Pero la cosa no queda ahí: se pretende criminalizar la actividad privada farmacéutica con campañas contra un supuesto acaparamiento y especulación. El asunto, pues, se resuelve con policías, detenciones y, bueno –unas semanas después–, con estatizaciones.

¿Por qué hay escasez de azitromicina, paracetamol e ivermectina, las medicinas que nuestros heroicos médicos están recetando y que comienzan a salvar incontables vidas en los puestos de atención primaria? Por la sencilla razón que el stock de las medicinas genéricas de las farmacias privadas –grandes y chicas– programado para más de cuatro meses se ha agotado en un mes y unos días. Luego quedaron las medicinas de marca, que cuestan cuatro o cinco veces más, y se desató la campaña populista y controlista contra el sector privado. Felizmente, el stock de genéricos de las farmacias privadas comienza a ser repuesto y otra vez se venden los medicamentos baratos.

Pero, ¿qué tiene que ver el Estado, donde se maneja ingentes recursos que aportaron los privados –hoy demonizados– en la escasez de medicinas genéricas? Según el Ejecutivo casi nada, porque se anuncia una resolución para que las farmacias privadas vendan genéricos. ¡Vaya! Sí las privadas lo han hecho y lo están haciendo, ¿para qué el anuncio? ¿Para ganar algo de popularidad? 

Más allá del humo y la campaña populista, el principal responsable de la ausencia de los genéricos que tratan el Covid-19 es el Ejecutivo, especialmente el Ministerio de Salud (Minsa), que se ha caracterizado por la improvisación para enfrentar la pandemia. Como todos sabemos el Minsa tiene 8,000 farmacias a nivel nacional, que deberían estar vendiendo genéricos para el tratamiento de pacientes de Covid-19, sobre todo en las etapas iniciales de la enfermedad. 

Es más, un Ejecutivo previsor habría repartido más de 30 millones de bolsitas básicas a todos los peruanos para la atención primaria, ante los posibles síntomas del coronavirus (sobre todo azitromicina y paracetamol), frente a la escasez de pruebas moleculares y el colapso del sistema hospitalario. Es la única manera de bajar la hospitalización, y recursos sobran para este tipo de estrategias. A nuestro entender, el Minsa debería difundir más los efectos benéficos de la ivermectina –que es recetada casi por todos los médicos de los hospitales– porque no tiene efectos secundarios, pero sí una enorme efectividad para evitar la propagación del virus en sus estados iniciales. ¿Por qué se priorizan tratamientos caros? Sin embargo, este es un asunto médico y científico, y debería ser tratado como tal.

El fracaso del Ejecutivo en la contención de la pandemia y la imprevisión en la compra de pruebas moleculares, respiradores y equipos de protección especial, está desatando una fiesta de todos los populistas que buscan ciertos aplausos en las tribunas. El Ejecutivo y el Congreso comienzan a forcejear para determinar quién es más bravo contra los privados. Ya se estableció un control indirecto de precios de las pensiones de los centros educativos privados, ahora se quiere avanzar sobre las medicinas. A este paso el modelo económico –que redujo la pobreza del 60% de la población a solo 20%– será desmantelado por los sectores que fracasaron en contener la pandemia. Devastador.

  • 20 de mayo del 2020

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