Editorial Política

Restablecer gobernabilidad con equilibrio de poderes

Única manera de crecer y reducir pobreza

Restablecer gobernabilidad con equilibrio de poderes
  • 19 de febrero del 2020

El Perú necesita con urgencia regresar a la senda de la política, y terminar con la polarización que se desató luego de las elecciones del 2016 y que ha causado un deterioro institucional sin precedentes, luego de dos décadas de experiencia republicana y cuatro gobiernos elegidos sin interrupciones. Un jefe de Estado que renuncia y un Congreso disuelto, invocando figuras no contempladas en la Carta Política (más allá de la decisión del Tribunal Constitucional), son argumentos contundentes para describir el grave estado de salud de la República.

Pero no solo se trata del deterioro de las instituciones republicanas, sino también de la crisis del modelo económico que más ha reducido pobreza en la historia republicana y que se ha transformado en el principal factor de construcción e integración de la nación peruana. Luego de las reformas económicas de los noventa, el PBI se triplicó, la pobreza se redujo del 60% de la población a solo 20%, y las sociedades andinas se integraron a los círculos políticos y económicos nacionales, al margen de la continuidad de dicotomía formalidad e informalidad. Sin embargo, la crisis política e institucional ha lentificado de tal manera el crecimiento (apenas sobre el 2% del PBI) que hoy los temores de volver a aumentar pobreza son más que fundados.

Vistas las cosas así –es decir, crisis política e institucional que se suma al deterioro económico–, no es exagerado sostener que todos los logros alcanzados en las últimas tres décadas están en peligro. El deterioro puede llevar a la experiencia republicana a una implosión política y económica, en donde las fuerzas de la aventura y del antisistema se legitimen ante la sociedad. Finalmente, si todo fracasa, el argumento acerca de que la Constitución no sirve y que se requiere una asamblea constituyente se puede volver aceptable para la ciudadanía.

Por todas estas consideraciones requerimos volver a la senda de la gobernabilidad, y entender que en la crisis en desarrollo no pueden haber vencedores ni vencidos por la sencilla razón de que una eventual implosión republicana solo favorece a las salidas autoritarias del antisistema. Volver a la senda de la gobernabilidad requiere, en primer lugar, un acuerdo político que destierre la idea de vencedores y vencidos, y que termine con la judicialización de la política y el espacio público. La experiencia republicana no puede convertirse en un gran tribunal en donde los problemas de la gobernabilidad, simplemente, no existan.

De otro lado, retornar a la senda de la gobernabilidad también significa restablecer el equilibrio de poderes interrumpido con la disolución del Legislativo. El equilibrio de poderes es la electricidad que mueve la experiencia republicana y se expresa en el balance de poderes, en la fiscalización del Ejecutivo (que concentra todo el poder coercitivo y económico del Estado) y el contrapeso entre las instituciones.

Un ejemplo de la carencia de equilibrio de poderes: el Ejecutivo anuncia que retirará el resguardo policial de los congresistas, los partidos políticos reaccionan con justa indignación y el jefe de Estado debe precisar que nunca fue una propuesta del Gobierno. ¿Por qué tiene que ver con el equilibrio de poderes? Porque el Ejecutivo no puede retirar el resguardo policial sin consultar con la mesa directiva del Congreso. Así lo establece la Constitución.

Aunque parezca mentira, un acuerdo para terminar con la guerra política es lo que más le conviene a todos los actores; incluso a los vencedores de hoy, que mañana pueden perder esa condición. Pero sobre todo es lo que más le conviene al Perú y, principalmente, a los más de seis millones de pobres que contemplan abismados cómo la ralentización de la economía los condena a permanecer en la pobreza.

En cualquier caso, un acuerdo para salir del empantanamiento que nos lleva a la implosión, demanda grandeza y capacidad de olvidar agravios –tal como una vez lo hicieron españoles y chilenos– para construir una comunidad política en donde el triunfo nunca más signifique la exclusión del rival.

  • 19 de febrero del 2020

NOTICIAS RELACIONADAS >

El Congreso yerra, pero salvó el Estado de derecho

Editorial Política

El Congreso yerra, pero salvó el Estado de derecho

  Se ha vuelto un lugar común denostar del actual Congres...

02 de mayo
¿Gobierno débil o Ejecutivo sin norte?

Editorial Política

¿Gobierno débil o Ejecutivo sin norte?

  El ministro de Economía, José Arista, defini&oac...

01 de mayo
Efectivamente, ¡el Perú puede ser una potencia mundial!

Editorial Política

Efectivamente, ¡el Perú puede ser una potencia mundial!

  En una entrevista desarrollada en este portal, el economista C...

23 de abril

COMENTARIOS