Recuperar Puno para los puneños y el Perú

Los más de cinco heridos que dejó el asalto de una comisaría y a una base del Ejército de Chucuito (Juli), en la provincia de Puno, revela que la alianza entre Movadef, Conare-Sutep, y Fenatep –movimiento políticos y radicales de clara orientación maoísta– y el Movimiento de Acción Socialista (MAS) de Evo Morales de Bolivia se ha propuesto convertir a la región altiplánica en una zona liberada de la Constitución y el Estado de derecho.

El objetivo es evidente: mantener la espiral de violencia para que la mencionada alianza política –sobre la base de la minería ilegal, el contrabando, el narcotráfico y otras economías ilegales– desarrolle una tiranía sobre la economía y la sociedad. Allí están los intentos de mantener bloqueadas las carreteras de Puno, la pretensión de prohibir la minería, la extracción de recursos naturales y el comercio de las cadenas comerciales y, por supuesto, la tentativa de controlar la apertura y cierre de las centenas de mercados emergentes de la región. El frente comunista radical, incluso, pretende cobrar cupos a las familias y pequeños negocios de los mercados populares.

Si esta estrategia violentista continúa en Puno –no obstante que es derrotada a nivel nacional y se repliega en la mayoría de las provincias– se explica porque hasta hoy el sistema de justicia (Ministerio Público y Poder Judicial) no identifica, procesa ni detiene a todos los vándalos y delincuentes que han desatado violencia –la mayoría de ellos identificados– y han hecho trizas la Constitución. Y, por supuesto, también porque los partidos democráticos no se atreven a lanzar una ofensiva en la región para organizar a la población en la defensa de los mercados y en contra de la tiranía comunista.

Las corrientes comunistas revelarán toda su naturaleza totalitaria cuando en los próximos días, el Sutep -Conare y el Fenatep desarrollen violencia y terror en contra de los docentes que inicien las clases escolares. Sin embargo, a nuestro entender, aquí estará el punto de inflexión entre la tiranía comunista y las familias que buscarán enviar a los niños a los colegios. No nos cabe la menor duda de que los núcleos comunistas enfrentarán el rechazo masivo de la gente.

Es evidente, pues, que –a semejanza de los ochenta en Ayacucho– las corrientes comunistas pretenden organizar una zona liberada del Estado de derecho en Puno, intentando manipular la irritación de la gente en contra del Estado por décadas de exclusión. Sin embargo, la violencia, la destrucción de la economía familiar y el intento de bloquear el inicio del año escolar solo responden a la estrategia de las vanguardias comunistas. De ninguna manera a la mayoría de la población.

Restablecer el Estado de derecho en la región, entonces, implica respaldar la heroica labor de nuestras Fuerzas Armadas y policía nacional (PNP), movilizando a todas las instituciones del Estado de derecho. Si los fiscales y jueces están amenazados por las tiranías comunistas, el Ministerio Público y la Judicatura deberían nombrar sistemas de magistrados especializados y ad hoc que se trasladen desde Lima a Puno a restablecer el Estado de derecho. Igualmente, todos los partidos democráticos, sin excepción alguna, deberían formar un frente único para trasladarse a Puno y organizar a la ciudadanía en defensa de la economía familiar y el desarrollo de las clases escolares.

Por otro lado, los líderes y políticos en general deberían desarrollar una campaña acerca de los mitos y leyendas que ha difundido el comunismo entre los puneños, señalando que el altiplano alimenta a Lima y que la costa extrae todos los recursos de la mencionada región. Vale aclarar que Puno es una de las áreas más informales del país, con más de 90% de extralegalidad, y solo representa el 2% de todo el PBI nacional. Puno se parece a una sociedad de siglos pasados, en la que la mayoría de familias desarrollaba una economía de subsistencia. Si la región sobrevive es por el comercio informal con otras regiones, comercio que pretende ser cerrado por las corrientes comunistas y colectivistas.