Editorial Política

¿Quién defiende el modelo?

Todos de costado cuando se discute el tema

¿Quién defiende el modelo?
  • 04 de febrero del 2020

Para nadie es un secreto que el régimen económico consagrado en la Constitución Política ha sido atacado sin cuartel por las corrientes colectivistas y comunistas desde que la Carta Política entrara en vigencia, en 1993. Los conceptos del papel subsidiario del Estado ante la preeminencia del sector privado, el respeto a la propiedad privada, la supremacía de los contratos entre privados y entre ellos y el Estado, y la tendencia desreguladora en la economía, de una u otra manera, convirtieron a las izquierdas en fuerzas marginales, sin posibilidades de ganar elecciones nacionales. El motivo: la impresionante reducción de pobreza que ha dejado sin base social a los colectivismos; es decir, el pez comunista se quedaba sin agua.

El modelo económico que se aplicó desde los noventa –mediante el desarrollo de una macroeconomía responsable, la privatización del Estado-empresario, la desregulación de precios y mercados y el libre comercio mundial– ha posibilitado triplicar el PBI y reducir la pobreza del 60% de la población a solo 21%. Casi todos estos logros tienen que ver con el aporte del sector privado, que genera más del 85% de los ingresos fiscales y más del 80% de la oferta de empleo. Los estudios de organismos multilaterales señalan que del total de reducción de pobreza, 75% es aporte privado. Sin embargo, en medio de los éxitos de los mercados el Estado fue un fracaso total.

Detrás de las deficiencias del Estado está el fracaso de las élites que, al parecer, hasta hoy no entienden cuáles son las claves del modelo económico. Ni el fujimorismo cuando tuvo mayoría absoluta en el Congreso, ni los partidos que participaron en la campaña para el nuevo Congreso, ni el Ejecutivo parecen entender de qué hablamos cuando se habla de modelo económico. Por ejemplo, en la reciente campaña congresal abundaron las propuestas populistas, incluso en la llamada derecha conservadora. Hoy, por ejemplo, el Ejecutivo recula con respecto al proyecto de cobre de Tía María y promulga un decreto de urgencia que coloca a la industria pesquera al borde del abismo. Sin embargo, escasean las voces que alerten sobre estos temas.

En otras palabras, la interrogante es pertinente: ¿quién defiende el modelo económico? La pregunta se vuelve acuciante en medio de una peligrosa lentificación del crecimiento, que también lentifica el proceso de reducción de pobreza y la expansión del bienestar. En este contexto es fácil que las clases medias precarias, que acaban de dejar la pobreza, se vuelvan en contra del modelo que los ayudó a superar este flagelo social. Es fácil entonces que peguen los discursos populistas.

Ahora bien, ¿por qué se lentifica el crecimiento? Pues por la ausencia de una nueva ola de reformas que incremente la productividad y competitividad de la economía. Por ejemplo, falta de reformas institucionales, educativas, de salud, la negativa a desarrollar una reforma laboral, el déficit de infraestructuras y la ausencia de políticas que fomenten la innovación. En otras palabras, las reformas de los noventa se agotan y no son suficientes para relanzar el crecimiento.

Y paradójicamente las élites miran de costado el problema, por miedo a ser satanizados por las izquierdas como defensores de empresas y del sector privado. De esta manera se crea un círculo vicioso en el que las corrientes colectivistas se oponen a reformas promercado, las élites se atemorizan y el crecimiento se ralentiza. Es decir, se organiza el escenario para sentar al régimen económico de la Carta Política en el banquillo de los acusados.

¿Quién se atreve a romper este círculo vicioso? ¿Quién se atreve a denunciar que en el Perú ha fracasado el Estado y no los mercados y el sector privado? ¿Quién se atreve a denunciar que los colectivismos pretenden eliminar lo único que ha funcionado en las últimas tres décadas: el sector privado?

En cualquier caso, las sociedades informales, el universo del capitalismo popular en el Perú, está esperando al movimiento que defienda el modelo económico para reformar el Estado ineficiente. Y que se genere una sola sociedad y una economía que unifique las sociedades formal e informal.

  • 04 de febrero del 2020

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