Editorial Política

¡Por fin se habla de la importancia del sector privado!

Declaración de nuevo PCM implica viraje en el Ejecutivo

¡Por fin se habla de la importancia del sector privado!
  • 16 de julio del 2020


Pedro Cateriano, presidente del Consejo de Ministros (PCM), luego de asumir el cargo señaló que las tareas del Ejecutivo iban a concentrarse en contener la pandemia y reactivar la economía. En este contexto declaró que el Ejecutivo iba a establecer nuevas relaciones con el sector privado porque es la fuente de creación de riqueza, el único camino para superar la pobreza. Agregó que el relanzamiento de los proyectos mineros eran un objetivo central de su gestión. Semejantes declaraciones parecen muy extrañas en la administración Vizcarra que, desde el referendo pasado, se caracterizó por plantear políticas que debilitaban al sector privado y que, durante la pandemia, llegaron a niveles impensables.

Una de las tragedias que se desata en el Perú con el fracaso del Ejecutivo en la contención de la pandemia, la letalidad del Covid, y la gravedad de la recesión en curso, es el debilitamiento en extremo del sector privado. El objetivo de todas las corrientes colectivistas y comunistas, convertidas en enemigos del Perú y de los pobres, es ahogar, pulverizar, al sector privado para luego proponer todas las fórmulas de estatización posibles. En este contexto de ofensiva ideológica, el Ejecutivo y el Congreso desarrollan una carrera desbocada con propuestas populistas económicas e institucionales, mientras las instituciones republicanas se desmoronan ladrillo por ladrillo.

Si el nuevo PCM es capaz de lograr un viraje del Ejecutivo en la revaloración del sector privado, sobre la base de lo establecido en la Constitución y las leyes, estaríamos frente a una buena noticia. Y si logra dialogar con los partidos del Congreso alrededor de los objetivos gubernamentales, deteniendo reformas y leyes populistas, el sistema republicano se habrá ganado un respiro luego de estos años de guerra y destrucción. Ver para creer, como se dice.

Ahora bien, ¿por qué los comunistas, enemigos de la República y las masas empobrecidas por la pandemia y la recesión, buscan ahogar y liquidar al sector privado? En el Perú los comunistas se convirtieron en sectas de activistas sin posibilidades de ganar una elección por una sola razón: el impresionante proceso de reducción de pobreza que ha generado el crecimiento basado en la inversión privada. El PBI se triplicó, se redujo la pobreza del 60% de la población a solo 20%, y el país se convirtió en una sociedad de ingreso medio (hasta antes de la pandemia). Sin embargo, vale subrayar algo: según todos los organismos multilaterales, del total de reducción de pobreza en las últimas décadas en el país el 75% es aporte privado, en tanto que solo el 25% es aporte del Estado.

Los comunistas, los colectivistas y los populistas necesitan crear fábricas de pobreza para prosperar políticamente y para lograr el financiamiento de sus frívolas oenegés. ¿Cómo, pues, van a dejar que el sector privado se desarrolle? Pero eso no es todo. El Estado peruano, antes de la pandemia, era uno de los mejores posicionados en la región en cuanto a recursos fiscales y cifras macroeconómicas. ¿Cuál es la explicación? El 85% de los ingresos fiscales es aportado por el sector privado y el Estado –antes de la pandemia– gastaba alrededor de US$ 65,000 millones en los gobiernos central, regionales y locales; y en las empresas públicas y otras entidades. Dinero, pues, hay de sobra. Lo que sucede es que la ineficiencia de los burócratas llega a tal nivel de frivolidad que la letalidad en la pandemia se extiende a niveles aterradores por falta de respiradores y pruebas moleculares.

Los comunistas también buscan debilitar al sector privado porque las estatizaciones concentran el poder político y económico en el Estado. Cuando en un sistema republicano el poder económico reside en los privados es más difícil concentrar el poder políticamente, ya sea a través del rey o del partido comunista o chavista de ocasión. Un sector privado fuerte y poderoso, en el acto, distribuye el poder en la sociedad y, entonces, el Estado se focaliza en brindar justicia, seguridad y servicios de salud y educación.

Alienta, pues, escuchar a un representante del Ejecutivo hablar de la importancia del sector privado en la lucha contra la pobreza. Sobre todo en una administración que, desde el referendo, solo ha promovido el debilitamiento del sector privado, y que durante la pandemia incluso promovió el gambito de la estatización de las clínicas.

  • 16 de julio del 2020

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