Editorial Política

Nueva estrategia: ¡movilización social contra la pandemia!

El Perú no puede seguir entre cuarentena y recesión

Nueva estrategia: ¡movilización social contra la pandemia!
  • 31 de enero del 2021

El presidente Sagasti. en su mensaje a la Nación de ayer. pretendió establecer las diferencias entre la nueva cuarentena y el confinamiento medieval de la pasada administración Vizcarra, que nos llevó a tener la letalidad más alta en el planeta por millón de habitantes y unas de las recesiones más devastadoras. 

Y es evidente que las diferencias no solo están en las precisiones planteadas por el jefe de Estado (se anunció con cuatro días de anticipación, existen grados de focalización en las regiones y se permiten las actividades económicas y esenciales), sino sobre todo porque hoy el Estado está quebrado y la economía de las familias informales, como se dice, no da más. 

Es decir, la cuarentena destructiva y desorganizadora de la pasada administración Vizcarra fue posible porque el Perú tenía un enorme techo fiscal, gracias a los impuestos que paga el sector privado. Algo así no existe más. El déficit llega al 10% del PBI, el endeudamiento público sobrepasa el 35% del PBI y la pobreza ha aumentado en millones de peruanos.

En este contexto, una nueva cuarentena medieval solo sería acatada por 30% de la población. El resto de la sociedad, mayoritariamente informal y con desocupación creciente, se lanzará a las calles a conseguir el diario. Y es evidente que el desborde social y la desobediencia civil se extenderán, debilitando las posibilidades del Estado en desarrollar cualquier política pública para detener el avance de la pandemia.

Sin embargo, la nueva cuarentena también tiene similitudes con la estrategia aplicada por la pasada administración Vizcarra que simplemente destruyó, en pocos meses, todos los logros económicos y sociales alcanzados en las últimas tres décadas. Y esa similitud está en la ausencia de una política sanitaria que posibilite contener la pandemia, mientras se garantiza la vacuna y la inmunización de la sociedad. 

La actual administración –igual que la anterior– no tiene una estrategia masiva de pruebas moleculares que posibilite identificar a los contagiados y, a través de un sistema de geolocalización, ubicar a los contactos y potenciales infectados. Sobre la base de estas herramientas es posible establecer cuarentenas focalizadas y sectoriales, extremadamente efectivas en el control sel avance del virus y menos destructivas de la economía, el crecimiento y el empleo.

Igualmente, vale destacar que si bien el presidente Sagasti mencionó el aporte del sector privado y las iglesias, desde aquí añadimos que no se trata de simples factores, sino de las columnas vertebrales de una nueva estrategia. Es decir, una estrategia que busca movilizar a las organizaciones sociales, desde abajo hacia arriba, para contener el virus en la sociedad, en los distritos y barrios, antes de que llegue a los hospitales colapsados. En otras palabras, el llamado enfoque comunitario que demanda fortalecer al nivel de atención primaria del sector Salud y establecer alianzas con las organizaciones sociales.

El sector privado, a pesar de la megarrecesión todavía maneja recursos y gerencia. Allí están la compra de 3,000 respiradores Vortan que llegarán en los próximos días y que posibilitarán salvar decenas de vidas. Allí también está el traslado de la vacuna Sinopharm de China, y la gigantesca movilización empresarial en Lima y las provincias, mediante donaciones de plantas de oxígeno, pruebas para el test de Covid e infinidad de muestras solidaridad. Asimismo, las iglesias son instituciones extendidas a nivel nacional, con enormes capacidades organizativas, que podrían no solo organizar a la sociedad con criterios sanitarios mínimos, sino también ayudar en la distribución de los alimentos para los sectores más golpeados.

De otro lado, en medio de la escasez de las vacunas por la incapacidad de los laboratorios de producir a tiempo y en masa para cumplir los contratos, es fundamental autorizar al sector privado a importar y distribuir las vacunas que se producen en el mundo. 

Es decir, se requiere un giro de 180 grados en la estrategia, que hasta hoy solo está concentrada en la burocracia ideologizada –ineficiente en todos los sentidos–, y posibilitar la movilización de la sociedad, del sector privado y la sociedad civil para enfrentar una pandemia que empieza a destruir el país. La mezquindad de la burocracia ideologizada llega a tal extremo que incluso se bloquea la posibilidad de industrializar una vacuna peruana. El Perú demanda un cambio ahora.

  • 31 de enero del 2021

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