Editorial Política

¡Movilizar al sector privado para vacunar al Perú!

Ante el fracaso general del Estado y los burócratas

¡Movilizar al sector privado para vacunar al Perú!
  • 17 de febrero del 2021

Luego del escándalo de las vacunas, es incuestionable que el Estado ha fracasado de principio a fin. Y no obstante que –antes de la pandemia– solía gastar cerca de US$ 65,000 millones (alrededor de un tercio del PBI) en los gobiernos central, regionales y locales y en las empresas públicas. 

De ese gigantesco gasto, para una sociedad de ingreso medio, el 80% de los recursos era aportado por el sector privado. Había recursos y enormes posibilidades para hacer mejor las cosas frente a la pandemia, que hoy sigue causando 200 muertes diarias en promedio. Lo más grave de todo es que ni siquiera se compraron vacunas contra el Covid para garantizar la inmunización de la población en el presente año.

Si el Estado, los políticos y los burócratas fracasaron en todo y los peruanos seguimos en pie todavía es solo por una razón: el sector privado continúa, como se dice, parando la olla del Perú, pese a las estrategias comunistas que buscan destruir el tejido empresarial antes de las elecciones de abril. Hoy que el Estado es una suma de fracasos, solo la movilización de la sociedad y del sector privado pueden detener el avance letal de la pandemia.

El Ejecutivo, aplastado por las circunstancias, aceptó y luego reculó en la posibilidad de que el sector privado importe y distribuya las vacunas contra el Covid. El Perú necesita una normatividad clara que posibilite que el sector privado compre y distribuye vacunas contra el Covid y el Ministerio de Salud debe destrabar todos los procedimientos –sin relajar la necesaria vigilancia científica y médica– para proceder a la importación. El sector privado tiene dos sectores claves para avanzar en una estrategia de inmunización: los seguros privados y los afiliados al sistema privado de pensiones. Ambos suman más de 7.5 millones de afiliados.

Cualquier seguro privado estará extremadamente interesado en vacunar a sus afiliados, en vez de asumir el 100% del enorme costo que implica atender a los infectados por el Covid en camas UCI. De otro lado, las AFP podrían descontar de las cuentas individuales de los afiliados el costo de la dosis (propuesta del candidato Rafael López Aliaga); e incluso se podría proponer un aporte voluntario de los afiliados para la compra de una dosis solidaria para los miembros de la familia. Es evidente que una estrategia de este tipo requiere la correspondiente autorización de la Superintendencia de Banca y Seguros y otras entidades del Estado, pero es incuestionable que nos sacaría inmediatamente del hoyo en que nos encontramos. 

En cualquier caso, se debería estudiar legalmente esta iniciativa, superar los obstáculos y encontrar salidas. Finalmente, cualquier estrategia previsional pasa por preservar la vida del aportante y su familia.

Si prosperara este mecanismo, considerando la gerencia y los recursos del sector privado, se podría conseguir más de 21 millones de vacunas en muy corto tiempo. De esta manera la pandemia y la letalidad caerían muy rápidamente –sobre todo, en Lima, Ica, Trujillo y Arequipa– y se liberarían camas hospitalarias, camas UCI y centenares de toneladas de oxígeno para las regiones en donde todavía no se logre controlar la pandemia.

No es necesario decirlo, pero estamos casi seguros de que las empresas mineras del sur, del centro y el norte del país, terminarán movilizando todos sus recursos para inmunizar gran parte de sus regiones, porque es la única manera de seguir con las operaciones mineras y el crecimiento.

La pandemia ha derrumbado al Estado y ha demostrado que este ha sido expropiado por sectas políticas y mercantilistas, de espaldas a la mayoría de peruanos. A contracorriente de las campañas comunistas, el sector privado sí puede ser solidario porque la actividad privada genera excedentes y la solidaridad solo existe cuando hay excedentes. Y cualquier empresario, cualquier empresa, entiende que necesita salvar al Perú del desastre, la muerte y la quiebra nacional para seguir invirtiendo y creciendo en el país. Procedamos, entonces, a movilizar a nuestro poderoso y solidario sector privado.

  • 17 de febrero del 2021

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