Editorial Política

Loreto se pone de pie y dice: ¡No a Escazú!

Autoridades y sociedad civil defienden la soberanía

Loreto se pone de pie y dice: ¡No a Escazú!
  • 20 de agosto del 2020


Loreto, región emblemática de la Amazonía, por donde cruza el gigantesco Amazonas antes de llegar a Brasil, acaba de pronunciarse en contra del llamado Acuerdo de Escazú que, en la práctica, convertiría a la República del Perú en un sistema político sometido a las oenegés de izquierda. No es exagerado sostener, como señalan algunos, que si el Congreso ratifica el Acuerdo de Escazú el Perú se convertiría en una república de oenegés, en donde la Constitución, las leyes nacionales, la soberanía (por elección popular) que reside en el Ejecutivo y en el Congreso, simplemente se convertirían en factores relativos.

Días atrás, con la suscripción de la “Declaración de Loreto”, los ciudadanos de esa región rechazaron el acuerdo que impulsan las organizaciones marxistas a nivel internacional. La Declaración de Loreto tiene el apoyo total de las autoridades públicas, de los representantes de los colegios profesionales, de las asociaciones privadas, de los gremios, de los colectivos ciudadanos y de los líderes y políticos locales. Durante el debate, encabezado por el presidente del Gobierno Regional de Loreto (Gorel), Elisbán Ochoa, la opinión de los asistentes –entre ellos, representantes de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), el Sindicato Único de Trabajadores en la Educación Peruana (SUTEP) y diversas iglesias– fue unánime: rechazo al acuerdo de Escazú y defensa cerrada de los intereses de Loreto, departamento con el 100% de territorio amazónico. “Inaceptable para la soberanía del país. No se construirán carreteras si Perú firma el acuerdo de Escazú. Las oenegés impedirán los proyectos de desarrollo”, señaló el vicedecano del Colegio de Ingeniero de Loreto (CIL), Cristian Pinasco.

Es incuestionable que el Acuerdo de Escazú es lesivo para la soberanía nacional, porque todos los problemas económicos, sociales y ambientales vinculados a las inversiones pueden convertirse en temas de Derechos Humanos y terminar en la Corte de San José, claramente influenciada por las corrientes del marxismo internacional. En otras palabras, una jurisdicción internacional para los problemas ambientales, no solo en Loreto sino en todo el territorio nacional.

De otro lado, la imposibilidad de firmar el tratado con reservas –como sucede con todos los acuerdos internacionales– establecerá una legislación dual: leyes nacionales e internacionales. Finalmente, se sabe que la última instancia estará en la jurisdicción internacional.

Asimismo, los activistas ambientales tendrán un estatus especial gracias al mencionado acuerdo. Una especie de inmunidad internacional. La pregunta que surge es ¿cómo se determinará quién es un “activista ambiental”? ¿Acaso se considerará “activista ambiental” a un antiminero? La audacia del marxismo internacional es extrema.

No obstante que el Acuerdo de Escazú ha sido firmado por 22 países de América Latina y el Caribe, solo ha sido ratificado por nueve congresos nacionales, entre los que están los de Nicaragua y Panamá. Ningún país con territorio amazónico extenso –como Perú y Brasil– ha ratificado el acuerdo. Vale mencionar que las posiciones de Chile, Colombia y Brasil están abiertamente en contra del llamado Acuerdo de Escazú.

Si el Congreso ratifica el Acuerdo de Escazú, le entregará la soberanía y administración de los bosques peruanos y sus recursos de petróleo, gas, madera y los recursos por explorar y descubrir, a las oenegés del marxismo del siglo XXI. Además, los temas ambientales, en todo el territorio, que se convierten en asuntos de derechos humanos no serán procesados en cortes peruanas, sino en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. 

Asimismo, todos los proyectos de desarrollo vinculados al bienestar de los pobladores –construcción de carreteras, puertos, colegios, centros médicos y obras de infraestructura productiva e instalación de sistemas de saneamiento y comunicaciones– deberán ser aprobado por los representantes de las oenegés, quienes –en Loreto– dominan las federaciones de las comunidades indígenas por intermedio de asesores, enlaces y hasta funcionarios públicos establecidos en el lugar. Por todas estas consideraciones Loreto se pone de pie para gritar: ¡No al Acuerdo de Escazú!

  • 20 de agosto del 2020

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