Las Bambas: ¿vuelven los “asesores”?

Afortunadamente las comunidades del distrito de Velille (Cusco) han podido sentarse a conversar con los funcionarios de la empresa minera Las Bambas, luego de las violentas protestas de los últimos días. Pero es curioso que la zona se haya convulsionado al mismo tiempo que los hermanos Chávez Sotelo, conocidos asesores legales de las comunidades cercanas al megaproyecto minero de cobre, volvieran a transitar por el llamado Corredor Vial del Sur.

Como todos sabemos, los hermanos Chávez se convirtieron en una especie de brokers de los conflictos sociales en torno a las minas del sur. Ambos llegaban a una comunidad, exacerban las expectativas, elaboraban demandas inalcanzables y luego se desataba la violencia: desde bloqueos de carreteras hasta lamentables muertes.

No estamos hablando de temas menores para la economía del país. En el llamado Corredor Vial del Sur se emplazan las principales minas del país, que producen alrededor del 50% de nuestro cobre; una producción fundamental para resistir la megarrecesión que destruirá por lo menos el 15% del PBI y arrojará a alrededor del 30% de la población debajo de la línea de la pobreza. En esta zona están Cerro Verde, Las Bambas, Antapaccay y Hudbay, entre otros proyectos. ¿Qué puede significar exacerbar demagógicamente cualquier demanda en momentos en que el Perú ha perdido más de siete millones de empleos?

El regreso de los hermanos Chávez al Corredor Vial del Sur coincide con el incremento de la tensión social. Aunque puede tratarse de una coincidencia, las preguntas y las suspicacias son válidas. Curiosamente las comunidades de Velille piden sumas exorbitantes en sus demandas, a pesar de que son áreas de influencia indirecta de Las Bambas. Sus líderes piden más de un millón de soles, una suma por más que sorprendente. 

Desde este portal hemos seguido con atención la estrategia de estos brokers políticos que intentan jalar agua para su molino. En el Corredor Minero del Sur, las acciones de los seudos dirigentes que promueven la violencia violan la Constitución y las leyes, y crean zonas en las que impera la llamada ley de la selva. Zonas en que la policía, los fiscales y los jueces se ven impedidos de aplicar la ley.

El desarrollo de Las Bambas ha posibilitado una impresionante reducción de la pobreza en Apurímac. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), entre 2011 y 2017 la reducción de este flagelo social fue de 57% a 36.8% de la población. Además, según el Instituto Peruano de Economía (IPE), la economía apurimeña se expandió en más de 200% cada año durante la etapa de construcción de la mina. ¿Cómo entonces se puede atentar en contra de una inversión que desata tantos procesos económicos y sociales constructivos?