Editorial Política

¡La República al garete!

Ejecutivo no contiene pandemia y Congreso promueve populismo

¡La República al garete!
  • 23 de agosto del 2020

En medio del avance incontenible de la pandemia, el incremento del número de muertos –que hace del país el de más alta letalidad en el mundo– y la recesión más grave del planeta, la élite política, el Ejecutivo y el Congreso se empantanan en criterios populistas que la historia se encargará de juzgar.

En las recientes presentaciones del Ejecutivo ha quedado clara su estrategia frente a la pandemia: esperar la llegada de la vacuna. Nada más. En este contexto, el Perú se convierte en un inmenso laboratorio esperando el curso natural del virus, mientras la crisis del sistema hospitalario, y la falta de camas y unidades UCI, se agravan. No hay estrategia con pruebas moleculares, rastreos con geolocalización y aislamientos focalizados. Tampoco el sistema de atención primaria se fortalece ni se convoca ni se organiza a la sociedad para buscar aislar el virus en las comunidades y evitar que los hospitales colapsen.

Igualmente, tampoco se moviliza al empresariado –con mayores capacidades gerenciales– ni a las iglesias, con enormes capacidades organizativas y de movilización. El ejemplo de Guayaquil, ciudad que controló el virus luego de tener las infecciones y la letalidad más alta de la región, no vale.

En este escenario la sociedad comienza a desbordar la autoridad de un Estado que solo atina a restringir derechos, como sucede con el confinamiento obligatorio de los domingos. La muerte de 13 jóvenes en una discoteca de Los Olivos es una expresión clara de que la sociedad y la autoridad comienzan a descomponerse frente a una emergencia que comienza a ser perpetua. Hoy, violar una prohibición del Estado puede causar desenlaces fatales.

En este contexto, la economía sigue en cuidados intensivos. Ni la inversión privada ni la pública levantan vuelo, no obstante que la economía se contraerá en más de 15%, que cerca de siete millones de peruanos han perdido su empleo y que la pobreza afectará a cerca del 30% de la población.

Pero no solo se trata de los yerros y fracasos del Ejecutivo en la política sanitaria y la reactivación económica. El Congreso, en vez de dedicarse a controlar el poder político y a seguir restableciendo el equilibrio de poderes, ha decidido competir en “gobernar”, pero a través de un populismo censurable, que solo busca el aplauso de la semana. Por ejemplo, un sector del Legislativo pretende censurar al presidente del Congreso por no aceptar el criterio –de algunas bancadas– acerca de la devolución total de los aportes de la ONP. 

En la medida que la ONP no tiene fondos y los aportes actuales solo sirven para pagar las pensiones de los jubilados, los congresistas que promueven esta iniciativa deberían saber que una decisión de este tipo incrementaría el déficit fiscal en 1% del PBI, en momentos en que los yerros del Ejecutivo y los efectos de la pandemia y el confinamiento causarán un déficit fiscal del orden del 10% del PBI. ¿Acaso no saben que un déficit abultado ha significado el inicio y el desarrollo de todos los proyectos populistas en la región?

Pero en el Congreso no solo existen iniciativas descabelladas alrededor de la ONP. También proliferan proyectos que buscan regular precios y mercados en los sectores de educación, farmacias y bancos, como si se tratara de un festival de popularidad. Este sector de congresistas no entiende que la única manera de recuperar el PBI que se perderá este año, y los cerca de siete millones de empleos destruidos, es a través de la inversión privada, la única fuente real de creación de empleo y de los recursos que necesita el Estado para financiar un buen sistema de salud y de educación.

¿Por qué entonces se promueven este tipo de políticas? Unos no conocen la información sobre cómo se produce la riqueza y priorizan el apoyo popular que les permitirá hacer política en sus respectivas regiones. Mientras que otros, los sectores comunistas y colectivistas, saben que la destrucción del modelo sociedad basado en la inversión privada, es el único camino para llegar al poder. Destruido el sector privado y el empleo, el camino de las estatizaciones está sobre la mesa.

Desde este portal llamamos a los sectores de buena voluntad del Ejecutivo y del Congreso a reaccionar frente este proceso de destrucción nacional.

  • 23 de agosto del 2020

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