La comisión de Constitución del Congreso de la R...
En momentos en que la pandemia del Covid-19 se traga por entero el PBI, que se han perdido millones de empleos y que la economía está en medio de una recesión como pocas en la historia, la noticia de que la captura de pesca de anchoveta en el norte y centro llegó al 100% es sin duda un logro que se debe aplaudir. Según datos de la Sociedad Nacional de Pesquería, que se haya logrado la captura de los 2.4 millones de toneladas permitidas por las instituciones del Estado generará US$ 1,000 millones en exportaciones de harina y aceite de pescado. Y además ha permitido salvar miles de puestos de trabajo, que hoy dependen del mar y de sus recursos. En ese sentido, que en solo dos meses (tiempo que duró la primera temporada) los trabajadores hayan recibido alrededor de S/ 430 millones en remuneraciones es otro aporte fundamental de un sector que emplea a más o menos 700 mil trabajadores de manera directa e indirecta.
De allí que, además de todo lo anterior, debemos saludar que el Gobierno haya abierto –desde el 1 de agosto– la primera temporada de pesca de anchoveta en la zona sur. Luego de varias idas y venidas, y no obstante que solo se han autorizado alrededor de 430,000 toneladas. Desde este portal hemos insistido que hace falta un nuevo ordenamiento pesquero en la zona sur. Vale recordar que durante el humalismo se derogó el Régimen Especial de Pesca (REP), una decisión que lo único que ha generado es que Chile se lleve toda la anchoveta que el Perú no pesca, y que se cierren siete de las más grandes fábricas y plantas de procesamientos peruanas. En todo caso, en un momento de crisis como la que el país atraviesa, desde el Ministerio de la Producción se debería promover una discusión sobre la pertinencia de un nuevo ordenamiento.
A pesar de estas noticias positivas, que animan la alicaída economía nacional, no faltan los sinsabores y las críticas. En las últimas semanas, un ex vocero de una organización no gubernamental internacional ha “denunciado”, a través de un portal claramente vinculado con el ecologismo radical, que en el Perú “el Gobierno (…) está legalizando la pesca de anchovetas juveniles”. El mencionado representante, quien dirige un programa “ambiental” en una universidad norteamericana, se refiere al decreto supremo DS-024-2016 PRODUCE, una norma que permite (según el vocero) que los titulares de embarcaciones pesqueras que capturan anchoveta juvenil no sean sancionados si reportan la extracción.
Todas estas acotaciones anteriores no son nuevas. En un primer momento, desde el radicalismo ambientalista, se dijo que “la norma de descarte DS 024, exterminará a la anchoveta” Pues bien, ha sucedido todo lo contrario. Hoy se puede decir que la anchoveta goza de una biomasa sostenible y que el ordenamiento pesquero en manos del Instituto del Mar Peruano (Imarpe) ha sido un trabajo altamente científico. No hay peligro, no se ha exterminado la anchoveta y las cifras de este recurso para los próximos años son sostenibles. En buen resumen, la pesca de anchoveta es ahora más importante que nunca.
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