La marcha del 5 de noviembre y el modelo económico

La marcha del 5 de noviembre fue una de las más impresionantes movilizaciones ciudadanas de los últimos tiempos y, con absoluta claridad, reveló que las mayorías nacionales están por terminar con el desgobierno nacional que ha desatado el gobierno de Pedro Castillo –que destruye los avances económicos, sociales e institucionales de las últimas tres décadas– e iniciar una transición política que nos permita recuperar gobernabilidad.

Sin embargo, la marcha también desnudó los límites de la oposición política dentro y fuera del Congreso, y planteó un problema que se debe resolver de inmediato: cómo combinar el objetivo de relevar a un gobierno que destruye el país y la necesidad de representar los intereses concretos e inmediatos de la ciudadanía al mismo tiempo, mientras se avanza en la transición política del actual desastre nacional. 

Todos sabemos que la salida constitucional de la tragedia pasa por el Congreso. Y todos sabemos también que por ahora no existen los votos en el Legislativo para la vacancia, acusación constitucional o la suspensión temporal del jefe de Estado. No obstante, creemos que los votos llegarán si la oposición actúa con firmeza e inteligencia. 

¿Qué debe hacer la oposición mientras se van sumando los votos? A nuestro entender la oposición debe representar los intereses inmediatos de la gente y un objetivo de ese tipo solo pasa por defender el modelo económico basado en la inversión privada y la desregulación de mercados.

Por ejemplo, los precios de la canasta básica suben todos los días y golpean la economía familiar, sobre todo de los más pobres. Los precios en subida destruyen la economía de los ciudadanos por dos razones: por la inflación importada y porque los ingresos no se recuperan a los niveles de antes de la pandemia. Si los ingresos se hubiesen recuperado, la subida de precios podría ser absorbida por la economía familiar. 

¿Por qué no se recupera el ingreso familiar a niveles pre pandemia? Porque este año la inversión privada crecerá cero y el próximo se caerá. Si bien el país crecerá menos de 3% este año, semejante expansión económica no permite crear suficiente empleo para reducir la pobreza. En otras palabras, con la caída de la inversión privada el empleo escasea y, por lo tanto, los ingresos no se recuperan de la caída durante la pandemia. 

Ahora bien, ¿por qué la inversión privada cae no obstante que los precios de los minerales están al alza? Considerando que el Perú es segundo productor mundial de cobre, la única explicación está en los anuncios del Ejecutivo acerca de promover una constituyente y nacionalizar los recursos naturales, así como la promulgación de los decretos laborales que prohíben la tercerización, fomentan la sindicalización y liberalizan el derecho a huelga. Todos estos anuncios y medidas espantan a la inversión privada y buscan la ralentización adrede de la economía para que aumente la pobreza y se cree un escenario adverso al modelo económico y a la actual Constitución.

A nuestro entender, entonces, el impulso democrático del 5 de noviembre pasado para avanzar y crecer debe vincularse a la representación de los intereses inmediatos de la gente y la defensa del modelo económico. La oposición dentro y fuera del Congreso debería asumir esta lógica. Por ejemplo, ¿por qué el Congreso hasta hoy no deroga los decretos laborales que pretenden arrinconar a la inversión privada?

Nunca debemos olvidar que los mayores adversarios de los gobiernos colectivistas y comunistas –en Perú, Chile y Colombia– han sido los respectivos modelos económicos basados en la inversión privada. Los tres gobiernos de izquierda han encontrado sociedades con crecimiento, reducción de pobreza y expansión de la prosperidad. Sin embargo, con sus anuncios anti inversión han desencadenado fuga de capitales, la devaluación de las monedas nacionales, y la caída de la inversión privada.

El Gobierno de Pedro Castillo entonces tiene un poderoso muro de contención y rechazo en el modelo económico. Por todas estas consideraciones, el esfuerzo del 5 de noviembre solo puede avanzar con la defensa de los intereses de la gente y el modelo económico.