Editorial Política

¡Igualitarismo que mata y aumenta la desigualdad!

Monopolio estatal de vacunas devastará al país en el 2021

¡Igualitarismo que mata y aumenta la desigualdad!
  • 24 de marzo del 2021

A estas alturas para nadie es un secreto que la vacunación contra el Covid que desarrolla el Estado es un completo fracaso. Las vacunas llegan a cuentagotas y solo existe una conclusión categórica: pese a ser una sociedad de ingreso medio, el Perú no logrará inmunizarse en el 2021. Los responsables: las administraciones Vizcarra y Sagasti.

Las cosas van tan mal que, igualmente, todos sabemos que el personal de primera línea (médicos y enfermeras), inmunizado con la vacuna de Sinopharm, tendrá que ser vacunado nuevamente. De acuerdo a informes internacionales y académicos, la mencionada vacuna brinda poca protección contra el Covid. Es evidente entonces que el Estado fracasa de principio a fin en el proceso de vacunación y que la sociedad no confía en el sistema público de salud mientras sea conducido por la burocracia colectivista.

En este contexto, la idea de persistir en el monopolio estatal de las vacunas solo puede provenir del reinado de la ideología colectivista sobre la realidad y el interés de los peruanos. ¿Frase alterada de un derechista reaccionario? En cualquier caso, analicemos los hechos. Desde que, hace varias semanas, el Ejecutivo se entercó en el monopolio estatal de las vacunas, ¿qué ha sucedido? La confirmación de que la sociedad peruana no se inmunizará en el 2021, y el objetivo de vacunar a cuatro millones de peruanos –que no significa nada en la lucha contra la pandemia–, planteado por el propio Ejecutivo, está, como se dice, por verse. El problema es que detrás de esta negligencia hay muertes que pudieron evitarse, y eso es algo que acompañará a los monopolistas estatales en el mediano y largo plazo.

¿Cuál es el otro hecho que se constata? El presidente Sagasti, sorprendiendo a tirios y troyanos con su filiación colectivista, anunció que el monopolio estatal en la importación de las vacunas continuaba porque no se aceptaba que los ricos se vacunaran por tener plata. ¿Qué ha sucedido? Que todos los ricos pertenecientes a las clases medias altas ya se han vacunado en Estados Unidos. Y a medida que se mantenga el monopolio estatal, el clasismo en la vacunación irá en aumento gracias al igualitarismo devastador del presidente Sagasti. Al final, solo los ricos estarán vacunados en el 2021, y los pobres y clases medias pasarán por la selección natural del “darwinismo social” de la izquierda.

¿Qué hubiera pasado si se autorizaba la importación de vacunas a los privados? Quizá en un primer tramo hubiese habido desigualdad evidente por la escasez de las vacunas. Sin embargo, con la sociedad, los privados y el Estado movilizados para adquirir vacunas, el flujo de compras se hubiese potenciado y, en el corto plazo, las cosas se hubiesen igualado hasta llegar a la siguiente fórmula: quienes pueden pagar su vacuna deben pagarla, con el objeto de destinar las dosis conseguidas por el Estado para los sectores más pobres y vulnerables.

Sin embargo, ese mismo igualitarismo, que causó tanta muerte y devastación en el siglo XX, parece seguir inspirando a quienes se oponen a la posibilidad de que la sociedad y los privados participen en la importación y la comercialización de las vacunas. Finalmente, la burocracia colectivista puede hacer ideología porque ya está inmunizada. 

El igualitarismo destructor es tan nocivo que, por ejemplo, se acaba de castigar a los pobres clasemedieros del Perú que suelen estar en planilla y tienen la osadía capitalista de comprar un seguro privado para sus familias. Sucede que en la vacunación que implementarán los seguros privados, no podrán utilizar su póliza privada para inmunizarse. Deben vacunarse con Essalud. Es decir, el Estado monopolista obliga a un ciudadano a desentenderse del esfuerzo anual que desarrolla para proteger a su familia. Algo parecido a los estados bolcheviques y nazis del siglo pasado. Estamos obligados a confiar, entonces, en el Estado fallido de la vacuna Sinopharm.

Los argumentos del Ejecutivo para oponerse a la importación de los privados y la sociedad no resisten el menor análisis. Si los laboratorios no le venden a los privados, entonces, ¿cuál es el problema? Se autoriza y los abusivos capitalistas no conseguirán nada. Únicamente el papá Estado seguirá trayendo dosis. 

De otro lado, el Congreso ya debería haber aprobado una ley que homologue, al término de la distancia, los registros sanitarios de las vacunas con los de la FDA de Estados Unidos, la EMA de Europa y el ministerio de Salud de la Federación Rusa. Con su indolencia, el Congreso también es responsable de la tragedia en curso.

En Perú, alrededor del 70% de los peruanos puede pagar una vacuna. Es decir, la movilización de las familias, la sociedad y las empresas, posibilitaría recuperar el tiempo perdido en la vacunación por el Estado fallido de las administraciones Vizcarra y Sagasti. Sin embargo, el monopolio estatal de las vacunas se ha convertido en el peor enemigo de los peruanos, imposibilitados de proteger a sus padres e hijos.

  • 24 de marzo del 2021

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