Ganaron en los relatos y llegó Castillo al poder

¿Por qué el Perú hoy enfrenta una tragedia con el desgobierno de Pedro Castillo? Una explicación que se suele presentar es que el modelo no permitió redistribuir adecuadamente la riqueza a los excluidos; es decir, la tesis de que el “modelo neoliberal” es intrínsecamente excluyente. Semejante tesis se plantea no obstante que el crecimiento económico de las últimas tres décadas ha producido el mayor proceso de inclusión económico y social de nuestra historia: reducción de pobreza del 60% de la población a solo 20% (hasta antes de la pandemia) e incremento general de acceso a los servicios básicos.

Para todo resulta claro que si el modelo no redistribuyó más es por el fracaso del Estado y por la incapacidad de los políticos para crear un nuevo sistema estatal. Sin embargo, la idea acerca de que el modelo excluye avanza en el sentido común de la gente. La misma interrogante vale para Chile, el país con mayor ingreso per cápita en la región y con una pobreza debajo del 10% antes de la pandemia. Hoy se debate en la encrucijada de avanzar o no por la ruta bolivariana, a través de una nueva constitución.

¿Cómo explicar entonces la paradoja de que los dos países con mayor reducción de pobreza hoy tengan administraciones de izquierda anticapitalistas? Ensayemos una posible respuesta. La gente no solo come comida, sino también se alimenta y nutre de relatos y narrativas, respondiendo a la naturaleza religiosa de la condición humana (ya sea se trate de religiones sagradas o laicas).

Para entender el tema vale plantear una ucronía. Si a inicios de siglo, tal como lo planteaban algunas proyecciones, el Perú hubiese concretado todos sus proyectos mineros y todo su potencial agroexportador hoy estaríamos cerca del desarrollo. Sin embargo, el desarrollo capitalista produjo enormes diferencias en una sociedad con mayoría de pobres (20 años atrás), y ante el fracaso del Estado, surgió el descontento de los rezagados económica y socialmente. Es decir, el terreno fértil de los relatos anticapitalistas.

¿Cómo funcionan los relatos? Por ejemplo, el bloqueo del proyecto minero Conga en Cajamarca también significó la postergación de La Granja, El Galeno, Michiquillay, entre otros proyectos. Si las minas del cinturón de cobre del norte ahora produjeran, el país estaría creciendo sobre el 5% y la pobreza –pese a los efectos de la pandemia– estaría debajo del 15% de la población.

¿Cómo se produjo esta locura? Con los relatos y narrativas acerca de que Conga iba a terminar con lagunas sagradas y se iba afectar el agua destinada al consumo humano y la agricultura. Hoy Cajamarca no tiene agua ni oro. Todo fue una mentira de principio a fin. Ni en la realidad ni en el estudio de impacto ambiental de Conga –sometido a un arbitraje internacional– hay algo que justifique la postergación. 

A pesar de la pobreza en Cajamarca la gente se alimentó de la narrativa del agua y del medio ambiente. Y los defensores de la inversión solo se defendieron. No fueron capaces de armar un contrarrelato.

Otro ejemplo: con la salida de Antauro Humala, condenado por el asesinato de cuatro policías, la gente comenzó a discutir sobre cómo Antauro salía en libertad mientras que Fujimori no lo podía hacer. En el acto, un sector respondió que el caso Fujimori era diferente, él había sido gobernante y era responsable directo de violaciones de DD.HH. Evidentemente estábamos ante otra narrativa surgida sobre la base del informe de la Comisión de la Verdad y el accionar de diversas oenegés. Se trataba del mismo relato que llevó a los peruanos a elegir a Pedro Castillo en la segunda vuelta, no obstante que era el menos preparado para el cargo y no obstante también sus vínculos con el maoísmo y el Movadef.

Los relatos y las narrativas no son asuntos secundarios en la lucha por la libertad. Son temas capitales. El avance anticapitalista en Perú y Chile solo puede ser explicado por los triunfos de los relatos de la izquierda y la falta de contrarrelatos democráticos. Las batallas culturales e ideológicas, pues, definen la libertad.