Editorial Política

Éxito minero en Chumbivilcas

Clima de entendimiento en inversiones en Cusco

Éxito minero en Chumbivilcas
  • 09 de julio del 2018

 

Contra las creencias populares, que son manipuladas por la permanente propaganda de la izquierda antisistema, la minerÍa moderna y responsable —instalada en el país desde hace más de veinte años— es muy diferente a la obsoleta minería tradicional. La minería de hoy firma acuerdos con los presidentes de las comunidades de influencia directa y participa del desarrollo social y económico de los poblados.

También es respetuosa de las leyes nacionales, y es la primera en desarrollar sus operaciones de acuerdo a los rigurosos estándares ambientales internacionales de hoy. También participa activamente en la recuperación de los entornos naturales. Por ejemplo, todos los llamados pasivos ambientales heredados de las empresas mineras estatales están siendo ahora revertidos por el sector privado en coordinación con el Estado.

En Chumbivilcas (Cusco), la empresa Hudbay ha realizado exitosamente el llamado cierre de la construcción de la mina, sembrando plantas autóctonas en donde antes hubo movimiento de tierra. Decidieron también hacer las mismas plantaciones en las áreas cercanas a las operaciones mineras, donde nunca antes hubo ningún tipo de vegetación. Todas estas actividades fueron realizadas coordinadamente con los pobladores, tanto en la selección de las plantas como en los lugares donde plantarlas.

Asimismo, entendiendo que gran parte de la población ubicada en la zona de influencia minera se dedica a las labores agrícolas, Hudbay entregó maquinaria y equipos agrícolas en los distritos de Livitaca, Velille y Chamaca para expandir las actividades de los comuneros. Además, la minera ha organizado actividades relacionadas con la crianza de vicuñas y producción de lana. Todo esto para proteger un recurso natural tan valioso y para disminuir los índices de desempleo en Chumbivilcas.

Recientemente la Municipalidad Distrital de Chamaca y la empresa minera Hudbay Perú firmaron el Convenio Específico 2017, que estuvo detenido por la insistencia de un pequeño grupo de supuestos dirigentes que se propusieron boicotear todo trato directo con la minera. Con el Convenio se han iniciado importantes obras consensuadas entre los presidentes comunales; entre ellas, la creación del salón cultural de Chamaca, servicios deportivos y recreacionales, reforestación, elaboración del expediente técnico para diez comunidades campesinas carentes de agua y mejoramiento de las defensas ribereñas en Añahuichi y Chamaca

El buen entendimiento entre la empresa minera y la población no es del agrado del movimiento antiminero. Las buenas relaciones existentes van en contra de los intereses políticos y económicos de los autodenominados “dirigentes comunales”, vinculados al extremismo de izquierda. Sin embargo, sabemos que en el corazón de las comunidades andinas el discurso antiempresarial y antisistema se ha agotado. Los pobladores ya no creen en los relatos tendenciosos que, de paporreta, repiten los “dirigentes”. Los pobladores ya no les hacen caso. No asisten a sus reuniones. Los han identificado claramente: ni son de la zona ni viven junto a ellos. Son foráneos. Y contra toda clase de insultos y amenazas, están rechazando las convocatorias a manifestaciones y paros violentos.

Para los pobladores de Livitaca, Velille y Chamaca está claro que el minúsculo grupo de autodenominados “mineros artesanales” asentados en la zona es una fachada del movimiento antiminero, que no descansa. Una Federación Regional de Pequeños Productores Mineros y Productores Mineros Artesanales del Cusco, encabezada por José Camilo Acrota Huarcaya, está constantemente anunciando reuniones con el fin de promover la minería informal y la participación de un supuesto inversionista uruguayo, que no exhibe los derechos de propiedad ni los contratos de concesión. Antimineros disfrazados de inversionistas, es la nueva estrategia del ambientalismo ideológico.

La estrategia antiminera se reconoce. Sus relatos están orientados a confundir no solo a la población sino también al mismo Ejecutivo. Mire usted cómo un pequeño grupo de pescadores artesanales, alentados por supuestos sindicatos y congresistas de izquierda, ha logrado bloquear la firma de contratos de exploración y explotación de petróleo en el mar del norte. Y cómo otro puñado de activistas extremistas harán vencer la vigencia del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Tía María (Arequipa) porque el Estado no otorga la licencia de construcción de la mina. Sin embargo, los pobladores de Livitaca, Velille y Chamaca no se dejan engañar. Ya saben quiénes son y cómo actúan los antimineros.

 

  • 09 de julio del 2018

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