Editorial Política

El Perú presenta intensa batalla al Covid-19

La economía se convierte en una interrogante

El Perú presenta intensa batalla al Covid-19
  • 18 de marzo del 2020

El último reporte del Estado acerca de que el número de infectados con el Covid-19 ha subido de 117 a 145 revela que, no obstante los días sucedidos desde el caso cero, los contagiados no se han multiplicado exponencialmente. Los primeros resultados pueden dar para el optimismo; sin embargo, se debe esperar que la tendencia de contagios se configure nítidamente para evaluar las cosas correctamente. Tres mil muestras tomadas son insuficientes para evaluar los resultados que nos señalan que 111 infectados corresponden a Lima y 34 a provincias.

Las medidas que asume el Ejecutivo van en la dirección correcta: desde el estado de emergencia, la cuarentena social y el polémico toque de queda. No hay otra. Y en realidad algo parecido está sucediendo en Italia, España, Francia, Estados Unidos y las principales ciudades del planeta. En Nueva York, por ejemplo, también se ha decretado el toque de queda.

En el Perú, sin embargo, junto a las medidas restrictivas faltan dos columnas que tenemos que construir los peruanos para enfrentar la explosión de las infecciones: ampliar hasta el máximo posible las unidades cuidados intensivos (UCI) y contemplar la parte económica, habida cuenta de que alrededor del 60% de la economía nacional es informal. Y este concepto de economía extralegal, generalmente, implica que los ciudadanos trabajan para sobrevivir en el día.

En cuanto a las unidades UCI, el Ejecutivo ha anunciado que el Hospital de Ate se convertirá en el nosocomio para atender los casos de coronavirus. Sin embargo, ¿con cuántas camas UCI cuenta el Perú? Sin necesidad de crear alarmas es evidente que estamos ante una pregunta central en la guerra contra el Covid-19. ¿Cómo se van a equipar nuevas unidades UCI corriendo contra el reloj?, es la interrogante que ronda las cabezas de las autoridades peruanas y en todos los estados de América Latina.

De otro lado, la otra pregunta central es qué va a suceder con los millones de peruanos que trabajan para completar el diario. ¿Cómo van a sobrellevar los 15 días de cuarentena que no pueden trabajar? La lista es larga, sobre todo en los conos de las ciudades, e incluye a mototaxistas, pequeños comerciantes y trabajadores de diversos servicios. 

Al respecto, el Ministerio de Economía ha anunciado un bono S/. 380 de solidaridad para los hogares en condiciones de pobreza y de extrema pobreza. Considerando que se ha destinado S/ 1,170 millones se proyecta que se beneficiarán a 3 millones de hogares, es decir, alrededor de 9 millones de personas. El gran problema es si el Estado, el Ejecutivo y las autoridades están en condiciones de distribuir adecuadamente este bono. El MEF ha señalado que la distribución se realizará a través del padrón del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), que ha desarrollado un programa de focalización de hogares en base a información de la Sunat, Essalud, Sunarp y las listas de servicios básicos, como agua y electricidad.

La pregunta es la siguiente: ¿Ese padrón es real? Aquí no estamos frente a una actividad proselitista ni clientelista de los diferentes gobiernos de turno que buscan el aplauso semanal. Si lasa cosas no funcionan correctamente podría haber reacciones desesperadas de gente que no tiene cómo sobrevivir. El asunto es más que delicado en medio de la desinstitucionalización del país y la carencia de un tejido estatal eficiente. Aquí, pues, existe un frente fundamental en la lucha contra el coronavirus.

A medida que pasen los días de la primera etapa de la guerra contra el Covid-19, la economía se convertirá en un tema central. ¿Qué significan 15 días de paralizaciones para los diversos sectores de la economía? ¿Cuál es el nivel de resiliencia y aguante del sector informal de la economía? 

Asimismo, una pregunta se tornará crucial para el futuro de la economía. El Ejecutivo ha destinado S/ 2,000 millones a diversas dependencias con objeto de combatir la expansión del Covid-19. Las posibilidades de gasto del Estado solo se explican por el modelo económico que se implementa desde tres décadas atrás y que ha posibilitado triplicar el PBI, reducir pobreza del 60% de la población a solo 20%, sumar US$ 60,000 millones en reservas y contar una deuda pública muy baja. 

Ante esta situación vale interrogarse si el incremento de los gastos, de una u otra manera, ¿pondrá en peligro los ejes centrales del modelo de crecimiento que nos ubica en inmejorable posición para combatir el Covid-19? 

Algunos despistados comienzan a señalar que el “neoliberalismo” nos ha colocado en extrema debilidad para la guerra contra el coronavirus. Quizá baste recordar que el FMI le acaba de negar a Venezuela un crédito de US$ 5,000 millones para combatir el coronavirus para entender la tragedia que para los pobres han creado los colectivismos y los estatismos en la región.

  • 18 de marzo del 2020

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