¡El cuentazo de los “defensores ambientales”!

Si algo sabe hacer muy bien el radicalismo que se opone al desarrollo de la minería en el Perú es inventar sus propios santos. Allí está, por ejemplo, Máxima Acuña, “la hija de la laguna”, quien miente sobre la posesión de terrenos. Sin embargo el radicalismo viene construyendo un nuevo muñeco: los denominados “defensores ambientales”. ¿Qué son los “defensores ambientales”? Son “todos y todas” personalidades y colectivos preocupados por la defensa de los derechos de la tierra” según se indica. Vamos a explicarlo.

Desde este portal creemos que, en efecto, hay personas dedicadas a la conservación del medio ambiente, no obstante que la única vía para la sostenibilidad es la puesta en valor de estos recursos. Es el caso de los líderes y las organizaciones dedicadas a la protección de bosques que podrían servir para la agro forestación sostenible, por ejemplo. 

Sin embargo, el radicalismo antiminero ha inventado otro tipo de “defensores ambientales”. Para ellos, defensores ambientales son todos aquellos que desarrollan una oposición férrea y tenaz contra las inversiones mineras. De allí por ejemplo, que suelen decir que uno de los grandes defensores ambientales es Oscar Mollohuanca, ex alcalde de Espinar, hombre de izquierda que dirigió los varios ataques violentos contra la operación Tintaya (de Glencore). 

Otro ejemplo. En un último foro, organizado semanas atrás por la red informativa antiminera Wayka, se expusieron los casos de Alicia Castañeda de Chumbivilcas, de Juan Carlos Quirita y del propio Mollohuanca. Valgan verdades, en todos esos casos es inexplicable el título de “defensores ambientales”. En aquel foro, Mollohuanca pudo vestirse de santo y lavarse la cara, a pesar de haber dirigido uno de los ataques más funestos y letales contra las inversiones mineras; como en el 2012, contra las operaciones de la empresa en Espinar.

Vale resaltar que el radicalismo antiminero ha inventado otro gran muñeco: la plataforma de contaminados por metales pesados. Desde aquí no negamos que existan personas contaminadas por metales pesados, sobre todo en la zona sur del Perú, por la alta concentración de minerales de forma natural en el ambiente y en los ríos. Sin embargo, meses atrás, cuando el inefable Víctor Zamora era ministro de Salud, les dio a este colectivo el derecho de voz y voto en uno de los tantos comités consultivos del Minsa. Así estamos.

Con el cuentazo de los “defensores ambientales” el radicalismo logra adeptos en el Perú y en el extranjeros, que no son sino incautos que son tomados por tontos. Desde este portal seguimos con atención todas las estrategias de los grupos antimineros que, aunque reducidos, son bastante activos y logran, poco a poco, sus objetivos. Por ahora están enfocados en liquidar la minería en el Corredor Minero del sur andino. 

Ya se ha convocado una “jornada” de lucha de dos días para los próximos 7 y 8 de enero. Regiones como Arequipa, Tacna, Moquegua, Puno y Cusco se han plegado a estas protestas que acabarán, estamos seguros, en actos de violencia. Y sus organizadores serán considerados como “defensores ambientales” por el radicalismo y sus organizaciones.