La comisión de Constitución del Congreso de la R...
La economía peruana apenas crecerá menos de 1% en el 2023, y todas las proyecciones señalan que la pobreza volverá a aumentar. Sin embargo, en el Congreso ninguna bancada se da por notificada con respecto a esta terrible noticia para el futuro de la democracia. No se trata de cualquier anomalía si consideramos que en las últimas dos décadas –en las que se reducía la pobreza–, durante las elecciones del 2006, del 2011 y del 2021, se presentó la amenaza antisistema.
En otras palabras, si cuando el crecimiento avanzaba sobre la pobreza, las fuerzas que proponen una constituyente y un modelo anticapitalista en el país estuvieron a punto de llegar al poder (antes de Castillo), ¿qué puede suceder ahora que el Perú se convierte en una sociedad que aumenta este flagelo social? ¿Acaso las fuerzas que se opusieron a la constituyente y el golpe de Castillo siguen sin entender la relación entre pobreza y alternativa antisistema? Por ejemplo, ¿qué habría sucedido si Castillo llegaba al poder con más del 60% de la sociedad en situación de pobreza, tal como sucede en las sociedades con modelos estatistas? Las posibilidades de ganar para el antisistema se habrían multiplicado.
Cualquiera sea el ángulo de análisis existe, pues, una relación entre pobreza y avance de los proyectos antisistema. Por todas estas consideraciones es realmente sorprendente la manera cómo las bancadas de la centro derecha, que desarrollaron un papel protagónico para detener la constituyente, se desentienden del problema del crecimiento. Si en el Legislativo hubiese un entendimiento del problema, desde el Congreso se habría lanzado una ofensiva para materializar reformas legales promercado y proinversión, y se habrían derogado todas las normas que hicieron pasar las corrientes comunistas y progresistas para detener la economía de mercado.
Muy por el contrario, lo que se percibe en el Congreso es una ofensiva de las bancadas comunistas para desmontar algunas columnas del actual modelo económico. Por ejemplo, aprobar un sétimo retiro de las cuentas individuales del sistema privado de pensiones (AFPS), en la práctica, sería el inicio de la liquidación del modelo para dar paso al sistema estatista de reparto que suelen alentar y fomentar los proyectos bolivarianos. Muy grave.
Por otro lado, una de las murallas más perniciosas que se ha construido en contra del crecimiento es la sobrerregulación y la acumulación de procedimientos en contra de la sociedad y el sector privado. Y la tendencia a sobrerregular todo no solo afecta a los ministerios del Gobierno central, sino también a los gobiernos regionales y locales. Las exploraciones e inversiones en minería e hidrocarburos suelen detenerse por la cantidad de regulaciones que se han organizado sobre la base de la demonización a la empresa privada como la fuente de todos los males de la sociedad. En este contexto, el Congreso debería formar una Comisión de Alto Nivel, junto al Ejecutivo, para avanzar en la simplificación del Estado y la reducción de los procedimientos a ventanillas únicas en todos los sectores. El Perú volvería a moverse con velocidad.
Asimismo, es igualmente sorprendente cómo las bancadas de la centro derecha renuncian a legislar en materia laboral. La derogatoria de la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360), uno de los pilares jurídicos del milagro agroexportador del país –que posibilitó incrementar los envíos al exterior de US$ 651 millones a más de US$ 10,000 millones en dos décadas– ha frenado en seco el desarrollo de nuevas inversiones y la constante reinversión de las utilidades en el sector. Desde el 2024 las agroexportaciones dejarán de crecer por falta de nuevos emprendimientos. El Legislativo actual, entonces, podría restablecer la plena vigencia de la Ley de Promoción Agraria y derogar todas las normas contrarias. ¿Por qué no lo hace? Ni qué decir del silencio del Congreso frente a las normas laborales del Gobierno de Castillo que fomentan el enfrentamiento entre los trabajadores y los empresarios de acuerdo al manual marxista.
El Congreso, pues, no parece notificado de la crisis económica que se avecina en el Perú, del bajo crecimiento del PBI que hace imposible continuar con el proceso de reducción de la pobreza. Algo muy grave sucede en las fuerzas de la centro derecha en el país que no entienden su papel en la defensa del modelo económico.
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