Editorial Política

Demócratas insisten: ¡Nueva reunión Vizcarra-Keiko!

No hay otra salida para la crisis de la democracia

Demócratas insisten: ¡Nueva reunión Vizcarra-Keiko!
  • 03 de septiembre del 2018

 

Ante el recrudecimiento de la polarización política Ejecutivo versus Legislativo—a estas alturas no es relevante qué lado tiene la primera responsabilidad— han comenzado a surgir dos sectores claramente definidos: el que propone avanzar a la disyuntiva cierre del Congreso o adelanto electoral, y el que sugiere que el presidente Martín Vizcarra y Keiko Fujimori, lideresa de la oposición, asuman su responsabilidad histórica y organicen un camino de convergencias que permita concretar las reformas de los sistemas de justicia y político.

Si en la democracia peruana se pretende movilizar la ola de indignación ciudadana en contra de la corrupción de manera constructiva, el único camino que existe es el entendimiento entre Ejecutivo y Legislativo. Cualquier otra salida excepcional anula cualquier posibilidad de reformar las instituciones. Las cosas son tan claras que no debería haber dudas al respecto, a menos que intencionalmente los extremismos alienten el enfrentamiento para evitar las reformas y las investigaciones de la justicia.

El congresista Pedro Olaechea acaba de sugerir, en nuestro portal, que el éxito de las convergencias solo se puede alcanzar mediante la institucionalización de las conversaciones. ¿Qué significa algo así? Primero, que las reuniones sean absolutamente públicas y transparentes. Es decir, el presidente Vizcarra debería plantear una agenda explícita y ambos sectores deberían proponer equipos de negociadores que se sienten a la mesa, concreten los acuerdos, establezcan las convergencias y las áreas de conflictos e, incluso, la manera de tramitar los diferendos. Luego de procesar el diálogo, recién Vizcarra y Keiko deberían sentarse a rubricar lo acordado.

La fórmula propuesta parece una que utilizan los estados en conflicto, pero no hay argumento válido para negarse a semejante metodología. Es el camino para concretar la reforma de los sistemas de justicia y político en un país extremadamente polarizado. Enrumbar en un camino de ese tipo deja sin margen de maniobra a los extremismos y las barras bravas que alientan los enfrentamientos. Pero no solo serviría para superar los tiempos nublados de la confrontación sino que, utilizando el impulso constructivo, el Perú podría enrumbar hacia una agenda de reformas que consoliden la democracia y la economía de mercado. Por ejemplo, la ampliación de la vigencia de la Ley de Promoción Agraria, la única norma laboral que ha funcionado en las últimas dos décadas, hasta hoy no se aprueba por la oposición del ala anti inversión del Gabinete Villanueva, y del diario La República y otros medios antisistema.

Los temas de la reforma de la educación y de la salud, y el relanzamiento de las inversiones en infraestructura —mediante el sistema de asociaciones público privadas y las obras por impuestos— también deberían formar parte de la agenda proconvergencias que necesita con urgencia la democracia peruana. Ningún sector político puede argüir los yerros del otro para negarse a construir los consensos que necesita la continuidad de esta República que, no obstante todos sus yerros y problemas, avanza hacia una quinta elección nacional sin interrupciones.

Algo más. Paradójicamente el éxito o la posibilidad de reinventarse, tanto para Vizcarra como para Keiko, pasa por el éxito de un camino de acuerdos a favor de las reformas. De lo contrario ambos se acercarán al abismo del fracaso que, ante esa eventualidad, también sería el fracaso de la democracia. En cualquier caso, la situación de la República es extremadamente frágil, tal como lo fue cuando se libró de la corrupción del montesinismo en los noventa. Hoy el sistema de la corrupción de las últimas dos décadas pretende empujar a la democracia a salidas excepcionales con el claro objetivo de que no se le investigue ni se concreten las reformas. En cualquier caso, la responsabilidad de Vizcarra y Keiko es gigantesca.

 

  • 03 de septiembre del 2018

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