Editorial Política

¡Centros de retención temporal violan la Constitución!

Ejecutivo debe derogar norma que autoriza detenciones arbitrarias

¡Centros de retención temporal violan la Constitución!
  • 04 de febrero del 2021

Ante la falta de una política pública para contener la pandemia y la imposibilidad de garantizar la vacunación de los peruanos en el 2021, la administración Sagasti asume medidas desesperadas que violan el debido proceso y los derechos individuales consagrados en la Constitución de 1993. ¿A qué nos referimos? A los llamados centros de retención temporal establecidos por un decreto supremo para “detener administrativamente por cuatro horas”, a quienes violen la inamovilidad social de la cuarentena.

Nuestra Constitución y las leyes procesales establecen que nadie puede ser detenido a menos que medie mandato del Poder Judicial o en caso de cometer un delito en flagrancia. Nuestra Constitución establece los derechos individuales en el artículo 2. Es decir, el constituyente consideró que los derechos de las personas tenían tanta importancia y trascendencia para la vida de la República que se grabó en piedra en el artículo segundo del texto constitucional. En efecto, el artículo 2, inciso 24, letra f, dice textualmente: “Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del Juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito”.

En los llamados centros de retención temporal (solo en Lima se han instalado alrededor de 36) se detiene a los ciudadanos que “violan la cuarentena” hasta por cuatro horas. Es decir, no solo se violan la Constitución y las leyes, sino que se crean espacios para la propagación del coronavirus.

Igualmente se ha sostenido que es inconstitucional la retención de una persona que viola la inmovilización social, sobre todo porque la medida ha sido dispuesta por un simple decreto supremo del Ejecutivo. En otras palabras, por una norma de rango inferior frente a la ley y el propio texto constitucional.

Como se aprecia con absoluta claridad, no hay un solo argumento constitucional, legal y procesal, que justifique la detención de un ciudadano en los llamados centros de retención temporal. En ese sentido, el Congreso y las instancias del Poder Judicial son las llamadas a restablecer el imperio de la Constitución y la ley en un tema tan sagrado como los derechos individuales de las personas.

La posibilidad de detener a los ciudadanos al margen de la Constitución y la ley siempre fue una característica de los regímenes comunistas, fascistas, nazis y de las teocracias religiosas. De ninguna manera pretendemos señalar que, en la administración Sagasti, haya una intención de suprimir los derechos individuales, a semejanza de los regímenes totalitarios arriba mencionados. Sin embargo, es evidente que hay desesperación por la incapacidad para controlar la pandemia; y sobre ese contexto, se toman medidas apresuradas que desdibujan nuestro sistema republicano.

Las experiencias modernas nos enseñan que no hay emergencia ni catástrofe que justifique la supresión de los principios de cualquier sistema republicano. El ejemplo claro es cómo la monarquía constitucional inglesa, en medio de los bombardeos nazis que destruían Londres y las demás ciudades, y casi todas las infraestructuras de la isla, mantuvo su sistema parlamentario intacto. En medio de los bombardeos la Cámara Baja del Reino Unido nunca dejó de ejercer el control político.

¿A qué viene todo esto? Es incuestionable que existe un sector político que pretende utilizar la emergencia sanitaria para postergar las elecciones y permanecer en el poder hasta mejor momento. Una propuesta de ese tipo es absolutamente inaceptable, sobre todo porque nuestra Constitución no contempla ninguna posibilidad de posponer la transmisión de mando para este 28 de julio.

Por todas estas consideraciones, la administración Sagasti debe derogar lo más pronto posible el decreto supremo que establece los centros de retención temporal. Algo más: el Ejecutivo transitorio debería entender que las grandes naciones que han preservado sus libertades lo han hecho en medio de catástrofes que parecían insalvables. Y lo hicieron convocando a todos los sectores del país y reafirmando la vigencia de sus instituciones republicanas. De allí les viene la grandeza.

  • 04 de febrero del 2021

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