Antauro: ¿Otro radical después de Castillo? ¡Difícil!

La liberación de Antauro Humala ha desatado una feroz polarización en la sociedad por el temor a que surja un nuevo polo radical en medio del desgobierno nacional de Pedro Castillo, que destruye las instituciones, la política y la economía. Un temor que solo refleja la ausencia de una alternativa nacional ante la devastación nacional que han causado el comunismo, los progresismos y los populismos nacionales.

A nuestro entender, se trata de un temor absolutamente justificado y legítimo de una sociedad agredida por el colectivismo. Sin embargo, imaginar que el etnocacerismo es el polo radical que llenará el vacío que parecen dejar el Movimiento de Amnistía por los Derechos Fundamentales (Movadef) y Perú Libre que, pese a contar con todos los recursos y el aparato del Estado, no pueden convocar ni siquiera a mil personas a nivel nacional, no es un análisis apropiado. Antauro ni siquiera podrá ser candidato presidencial debido a su sentencia por delitos extremadamente graves.

Antauro Humala salió en libertad luego de que el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) redujera su pena por días trabajados y educación. Como todos sabemos, Antauro fue condenado a 19 años de prisión por los delitos de homicidio simple, secuestro, sustracción o arrebato de armas y rebelión, daños agravados, cometidos durante el llamado Andahuaylazo, en el que fueron asesinados cuatro policías. El líder etnocacerista logró reducir un año y siete meses de su pena total exigiendo beneficios penitenciarios. No obstante, se ha desatado una intensa polémica en el país con respecto a que cualquier reducción de pena solo puede ser otorgada por un magistrado del Poder Judicial y no por las autoridades del INPE. De allí las denuncias acerca de que el Gobierno estaría detrás de la liberación.

Sin embargo, lo que llamó la atención es la soberbia y desprecio por la familia de las víctimas que demostró Antauro en sus primeras declaraciones luego de su liberación. Señaló que después de 17 años él estaba muy orgulloso del Andahuaylazo, y sostuvo que Toledo, el jefe de Estado contra quien se alzó en armas, estaba prófugo. Asimismo, agregó que los traidores a su causa estaban por regresar a la cárcel. Soberbia total del populismo nacionalista de izquierda frente a las familias de los policías asesinados.

Si analizamos el mensaje de Antauro Humala es el mismo relato de Perú Libre, del Movadef y de todos los radicalismos. El líder etnocacerista, apenas en libertad, sostuvo que la derecha había fracasado en 200 años de república, y agregó que la izquierda también estaba fracasando y solo restaba que entre a gobernar el sentido común patriótico. ¿Cómo se critica a la derecha y luego a la izquierda por el desastre nacional? Sobre todo luego de que Castillo lograra algo que parecía imposible: reducir tres décadas de crecimiento y proceso de reducción de pobreza. 

La mejor expresión de la debacle de los colectivismos, radicalismos y los nacionalismos, es que el pasado 26 de julio todos los radicalismos, liderados por los prefectos y subprefectos del Movadef, pretendieron convocar –con todos los recursos habidos y por haber– una gran marcha nacional para cerrar el Congreso. La convocatoria fue tan rala, una suma de todas las derrotas, que tuvo que ser suspendida. ¿Antauro será capaz de superar el efecto Castillo? Parece imposible.

A pesar de que los comunistas están en derrota, porque Castillo solo se aferra al poder para evitar las investigaciones y procesos del Ministerio Público en su contra, se presentan estas legítimas impaciencias en la sociedad ante la liberación de Antauro. La única explicación: la ausencia de una alternativa en el Congreso que posibilite organizar una salida política –a través de la vacancia o la inhabilitación– de uno de los peores gobiernos de la historia republicana, que tiene nombre y apellido colectivista.