La comisión de Constitución del Congreso de la R...
El Perú avanza hacia el mensaje de Fiestas Patrias de la presidente Dina Boluarte este 28 de julio, luego del golpe fallido de Pedro Castillo y una de las mayores oleadas de violencia insurreccional que golpearon a las democracias latinoamericanas, con el objeto de quebrar el Estado de derecho y convocar una asamblea constituyente. En este contexto, luego del fracaso de la llamada “tercera toma de Lima”, se puede sostener que –al menos por ahora– las amenazas a la gobernabilidad ya no están en fuerzas externas al Ejecutivo, al Congreso, al sistema republicano, sino en los propios yerros de quienes pretenden vivir en democracia.
El futuro de la democracia dependerá entonces del Ejecutivo, del Congreso y de las instituciones tutelares. De allí la enorme importancia, las gigantescas expectativas que se generan con respecto al mensaje presidencial de Dina Boluarte. De alguna manera el curso de la política tiene que ver mucho con el contenido de este mensaje.
El gran problema del Perú es la devastadora herencia que nos deja el Gobierno de Pedro Castillo, del Movadef y de las fuerzas bolivarianas, sobre todo con respecto a las tendencias recesivas en la economía. En el primer semestre de este año la economía creció cero y la inversión privada y el consumo privado se han desplomado. En este escenario la pobreza seguirá aumentando hasta rozar el tercio de la población, no obstante que, antes de la pandemia, había descendido hasta el 20% de la población. ¿Cuáles son las iniciativas que planteará Boluarte para relanzar el crecimiento? ¿Acaso se anunciará la materialización del proyecto de cobre Tía María en Arequipa, Conga, Michiquillay y otras minas en Cajamarca, se acelerará el destrabe de Majes Siguas II y la aceleración de la implementación de la tercera etapa de Chavimochic para agregar 100,000 hectáreas a las agroexportaciones?
Lo cierto es que el modelo económico comenzará a agonizar sin nuevas inversiones y el horizonte del aumento de la pobreza se convertirá en el mejor aliado de las fuerzas antisistema en el 2026. En este contexto, relanzar la inversión pública, sobre todo con un shock de inversiones en el sur, y el desarrollo de obras de prevención para enfrentar los fenómenos climáticos será decisivo para la gobernabilidad. Un objetivo de ese tipo solo es posible si el Ejecutivo coordina con los gobiernos subnacionales y se convoca al Congreso –para considerar reformas legales– y a la Contraloría General de la República.
El Perú, igualmente, espera cambios en las políticas de Estado con respecto a la ola criminal que se desborda en las ciudades y destruye la seguridad ciudadana. De la misma manera el sistema sanitario y el manejo de la seguridad social demandan cambios dramáticos para enfrentar los problemas que se derivan del dengue y otras enfermedades. Ni qué decir sobre la defensa de la meritocracia en la educación.
Por otro lado, el mensaje de Fiestas Patrias indicará si el Ejecutivo se resigna a administrar la crisis que destruye la gobernabilidad o si el Gobierno se convierte en un factor de propuestas de reformas políticas y económicas, vitales para seguir creciendo y mantener la institucionalidad democrática. El Ejecutivo debe colaborar con la mayoría democrática del Congreso en la reforma del sistema político, sobre la base de la creación del sistema bicameral y la derogatoria de la absurda prohibición de la reelección parlamentaria. Igualmente el país debe comenzar a discutir las reformas del sistema tributario y laboral para enfrentar el galopante desastre de la informalidad en el mundo de la economía, el trabajo y la empresa.
Un Perú encaminado hacia un proceso de reformas, asimismo, necesita avanzar en el desarrollo de la reforma meritocrática de la educación, del sistema sanitario y la promoción de las inversiones en infraestructuras, superando los retrasos que se acumulan.
En cualquier caso, la gobernabilidad en este momento solo depende de los sectores e instituciones que enfrentaron, con la Constitución en la mano, el golpe de Pedro Castillo y el proyecto de la constituyente.
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