Venezuela al borde de la guerra civil

Ni la presencia del representante papal logra la convergencia

Las últimas movidas del chavismo en Venezuela —posponer el proceso del referéndum revocatorio, impedir la salida del país a los líderes opositores— indican que Maduro y su gobierno autoritario no está dispuesto, bajo ninguna consideración, a dejar el poder. Aunque sus ambiciones degeneren en una cruenta y absurda guerra civil entre simpatizantes chavistas contra la oposición democrática. De allí que la estrategia de Maduro y del chavismo es seguir tensando las relaciones y caldeando los ánimos. No se descarta el cierre del Parlamento y la salida de los militares a las calles; es decir, un autogolpe. Todo indica que aquello sucede con la complacencia de una parte de la comunidad internacional, como el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. Mañana la oposición se prepara para la protesta pacífica denominada “La toma de Venezuela”

Podríamos decir que en Venezuela el estado de derecho simplemente no existe. O existe solo cuando el régimen autoritario así lo quiere. El último jueves por ejemplo, el Consejo Nacional Electoral, cuya presidenta Tibisay Lucena es una ardiente defensora del socialismo del siglo XXI, en un absurdo e ilegal fallo desestimó el proceso de referéndum revocatorio que se le sigue a Nicolás Maduro. El CNE decidió paralizar el referéndum porque algunos líderes políticos regionales leales al chavismo interpusieron demandas ante juzgados penales en los estados de Aragua, Bolívar, Valencia y Apure. El proceso revocatorio se ha detenido cuando faltaban pocos días para que empiece la recolección de cerca de cuatro millones de firmas que se necesita para activarlo. La razón esgrimida por el chavismo es que los opositores habrían suministrado datos falsos al Poder Electoral (datos incluye firmas de personas muertas). De allí que es imposible que el referéndum pueda activarse durante este año. Ya Tibisay, adicta al gobierno como señalamos líneas arriba, sostuvo que si la oposición logra pasar las vallas interpuestas por el chavismo, el referéndum podría activarse, pero a partir de febrero del 2017.

Henrique Capriles, principal líder opositor de la Mesa de Unidad Democrática ha respondido con la contundencia del caso. Vale recordar que el mismo jueves negro, cuando el chavismo anunciaba que el referéndum no iba, desde la ciudad de Valencia salía una disposición judicial en la que se prohíbe a seis líderes opositores —incluido Capriles— salir del país. Hoy todos los puentes y canales para abrir una salida al descontrol y el desgobierno venezolano están cerrados. Capriles, en una conferencia de prensa, desestimó la noticia dada por Emil Paul Tscherring, representante del Vaticano y del Papa Francisco, sobre una supuesta reunión entre líderes del chavismo y opositores de la MUD. Capriles se preguntó cómo se podría empezar una reunión sin atender a los cuatro objetivos fundamentales exigidos por los opositores democráticos: respeto al derecho al voto, libertad para los presos políticos y retorno de los exiliados, atención a las víctimas de la crisis humanitaria y respeto a la autonomía de los poderes.

José Luis Rodríguez Zapatero, actor fundamental de un posible proceso de diálogo entre chavistas y opositores ha sido uno de los blanco de Capriles, quien lo acusó de utilizar la MUD en “beneficio de su propia agenda”. Rodríguez Zapatero prometió que el proceso revocatorio no sufriría ninguna alteración, sin embargo fue todo lo contrario. De otra parte, no toda la comunidad internacional le hace guiños al chavismo. Las cancillerías de Argentina, Brasil y Paraguay se reunirán para debatir los últimos acontecimientos en Venezuela, y no se descarta que el gobierno de Maduro sea retirado de forma definitiva del bloque regional Mercosur.

Sin dudas, Venezuela vive uno de los peores momentos de su historia.