¿Puede ganar Evo Morales el referéndum?

Días decisivos para el futuro de la democracia boliviana

Cuando faltan pocos días para la celebración de la consulta ciudadana (referéndum) que decidirá aprobar o no la reforma parcial de la Constitución Boliviana que posibilitará la reelección indefinida de Evo Morales, las últimas encuestas publicadas establecen un empate técnico entre la opción del Sí y del No en 40%. En los últimos días, el voto por el Sí ha tenido un ligero descenso en 4% y la propuesta del  No  ha subido en 2%.  Según la compañía Equipos Mori, el voto decisivo será el de los indecisos que suman cerca del 18%.  Pero, ¿de qué se trata la reforma parcial de la Constitución?   

La ley de reforma parcial de la Constitución plantea una nueva “interpretación” de los periodos de Evo Morales al frente de la presidencia. Se señala que el primer mandato de Morales comprende el periodo 2010-2015, por lo tanto, la primera reelección sería entre 2015-2020 y la segunda entre el 2020-2025. La nueva ley no toma cuenta el periodo 2006-2010 porque, según expresa, la norma es “previo” a la “refundación” del país con la Constitución de 2009.

A pesar de que las encuestas de opinión señalan un empate, el oficialismo y Morales tienen amplias posibilidades. Es cierto que Morales es el típico autócrata latinoamericano obsesionado con la reelección indefinida, pero vale señalar que, entre el 2006 y 2013, el país altiplánico mantuvo cierta disciplina macro-económica luego de las nacionalizaciones “negociadas” con las compañías extranjeras del gas. El mayor logro de Morales es haber reducido la pobreza de 38% de la población al 18%. Sin embargo la caída de los commodities comienza a golpear la economía boliviana y, de alguna manera, juega en contra de Evo.

Diez años al frente del gobierno han desgastado a Morales. En los últimos días, líderes de la oposición boliviana, entre ellos el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, han recordado los graves casos de corrupción que existen alrededor del Presidente y del gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS). Uno de estos casos es la presunta red de tráfico de influencias que involucra a la empresaria y ex pareja de Evo, Gabriela Zapata. Los líderes opositores han denunciado que Zapata utilizó la relación sentimental con el presidente Morales para favorecer a la empresa china CAMC Engineering C., mediante contratos con el estado boliviano por más de US$ 500 millones. Por su parte, Morales ha reconocido que en el 2007 tuvo una relación con Zapata e incluso tuvieron un hijo que falleció apenas nacido.    

No es el único escándalo de corrupción que tiñe el gobierno socialista boliviano. En el 2015, se descubrió una red de pagos, sobornos  y malversación de recursos, realizados por los históricos dirigentes del MAS,  Melva Hurtado y Julia Ramos, alrededor del llamado Fondo Indígena. El Fondo financiado por las ganancias de las exportaciones del gas, se creó para realizar proyectos y prestar créditos a las comunidades cercanas a los yacimientos de hidrocarburos. La justicia boliviana determinó que había 49 obras y proyectos sin ejecutar –fantasmas- y depósitos por más de US$ 7 millones en cuentas privadas de las mencionadas dirigentes socialistas. Evo Morales y el oficialismo no la tienen fácil ganar el referéndum.

El oficialismo y los periodistas y medios de comunicación afines no han tardado en responder a las críticas de la oposición. El presidente boliviano ha dicho que la campaña del No al referéndum nace en los Estados Unidos. Con semejante declaración, Morales y el oficialismo pretenden polarizar la campaña entre quienes defienden la soberanía de Bolivia y quienes están al servicio del “imperialismo americano”. Tamaña patraña ya la hemos escuchado en la Venezuela de Nicolás Maduro  y en el Ecuador de Rafael Correa.

La victoria de Evo Morales todavía está en veremos, los próximos días serán decisivos.