Macri: luego del triunfo, la hora de las reformas

El presidente Mauricio Macri y la agrupación Cambiemos ganaron las elecciones legislativas argentinas, del domingo pasado, en 14 de las 24 provincias en disputa. El triunfo electoral, además, se produjo en las cinco provincias que agrupan alrededor del 70% del electorado.

Los resultados modifican radicalmente el panorama político del país y significan un verdadero espaldarazo al plan reformista de Macri, que no se podía implementar, precisamente, por el protagonismo que seguían manteniendo el peronismo y el kirchnerismo. La prueba de que las cosas han cambiado a favor de Macri es que, por ejemplo, una reunión de gobernadores que se iba a realizar este viernes en la Quinta de Olivos ahora se transformará en un encuentro de gobernadores, legisladores, empresarios, sindicalistas y autoridades de la Judicatura. Es decir, una verdadera convocatoria nacional para discutir las propuestas reformistas.

El respaldo político a Macri permitirá pisar el acelerador de las reformas para desmontar el estado populista que el kirchnerismo llevó a extremos inimaginables, y que es la explicación del déficit fiscal cercano al 5% del PBI y los más de 17 puntos de inflación acumulados en el presente año.

Ahora bien, las reformas estaban planteadas sobre la mesa desde que Macri asumió el poder, pero no se podían implementar por la feroz oposición kirchnerista. Una de ellas tiene que ver con la voluntad de seguir saneando la macroeconomía mediante la reducción del gasto público, con el objeto de alcanzar un déficit fiscal cercano al 3%. Una tarea titánica considerando que Argentina todavía tiene una de las redes sindicales y gremiales más poderosas del continente, que,seguramente se opondrá abiertamente a cualquier política de racionalización del gasto público.

Sin embargo los analistas y observadores del proceso argentino comprenden que la gran batalla de Macri con el populismo tendrá que desencadenarse alrededor de la reforma laboral, del sistema previsional y del sistema tributario. Por ejemplo, si bien Macri hoy está empoderado políticamente con respecto a las reformas laboral y previsional, deberá enfrentar la feroz oposición de los sindicatos que suman más de 6,000 gremios y que, de una u otra manera, son la última explicación de porqué Argentina comenzó a radicalizar el estatismo y el controlismo durante la era kirchnerista.

En todo caso el momento es excepcionalmente favorable a las reformas. No solo por el espaldarazo de los electores en las elecciones legislativas, sino también por la delicada situación judicial que enfrentará Cristina Fernández —lideresa de la oposición—, quien acumula más de 290 denuncias judiciales en su contra. Sobre todo las imputaciones acerca de que habría intentado proteger a los iraníes acusados del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina.

Al respecto vale recordar que Macri empezó una ola de reformas económicas que consistieron en eliminar el control de cambios, reducir los subsidios a los servicios de electricidad, gas y agua, y volver a insertar al país gaucho en los circuitos financieros internacionales, de los cuales se había aislado por las políticas de Cristina Fernández.

El triunfo del macrismo en las legislativas no solo revela que la influencia de los populismos, los estatismos y los chavismos está en abierto retroceso en América Latina, sino que también estaría a punto de comenzar una nueva ola de reformas liberales en la región. eso ya está sucediendo en Brasil, y puede tener un efecto contagioso en los demás países latinoamericanos que se resisten a desarrollar urgentes reformas para superar la temida trampa de ingresos medios.