A través de la prensa de los Estados Unidos se acaba de...
El triunfo abrumador de Jair Bolsonaro en Brasil significó un verdadero cataclismo para la izquierda brasileña y latinoamericana. En este contexto a favor de las políticas de libre comercio en la región, vale destacar que en menos de un año se llevarán a cabo las elecciones en Argentina; y más allá de las marchas y contramarchas económicas de la administración Macri, hoy no aparece una alternativa sólida frente al kirchnerismo. Por todas estas consideraciones, Mauricio Macri sigue siendo la mejor opción para la Argentina, a pesar del peligroso gradualismo que lo ha impulsado a desarrollar reformas de mercado sin reducir el gigantesco gasto público que agobia a la economía argentina.
La continuidad de Macri permite que Argentina siga apostando por las reformas y el relanzamiento del capitalismo en ese país, hoy bloqueado y agobiado por décadas de peronismo estatista, que llegó a niveles extremos durante el kirchnerismo. Argentina necesita volver a crecer a tasas altas para seguir creando bienestar, y América Latina necesita expandirse por encima del 1.5%, una cifra que contrasta con un crecimiento mundial por encima del 3.5%. Por todas estas consideraciones, el sentido común indica seguir apostando por Macri.
La Constitución rioplatense le permite a Macri tentar otro periodo de cuatro años; sin embargo, Sergio Massa y Axel Kicillof, dos kirchneristas, lo derrotarían en una eventual segunda vuelta, según los sondeos. Así están hoy las cosas. Macri presentará su candidatura en las elecciones del próximo 27 de octubre. Según la encuesta de Federico González & Asociados, publicada en el diario Clarín, Macri va primero con 29.7% en la intención de voto, seguido del ex ministro kirchnerista, Sergio Massa. En tercer lugar, con apenas 9,7 %, se ubica el también ex kirchnerista Axel Kicillof. Según la encuesta, Macri perdería frente a Massa en segunda vuelta, y el kirchnerismo podría regresar al poder.
¿Qué nos dicen estas cifras? Que el gradualismo, que la falta de voluntad para desmontar el gasto del estado populista y de pisar el acelerador de las reformas, empieza a pasarle la factura a Macri. También señala que el populismo es determinante en Argentina. Durante el kirchnerismo el gasto social se incrementó en 600%, cuando solo debió aumentar en 25%. No es casualidad, pues, que hoy Argentina sea el país con mayor inflación en la región, luego de Venezuela. El déficit fiscal pasa las facturas. ¿Y qué enseñanzas deja esta situación? Que sin reducción de gasto público todas las demás reformas, tarde o temprano, resultarán insuficientes. En ese sentido, la Cámara de Diputados aprobó por mayoría (138 votos a favor contra 103) la reducción del gasto público para el próximo año. Y en las próximas semanas, el Senado deberá ratificar un recorte de alrededor de 300,000 millones de pesos argentinos (US$ 11,000 millones).
Es inaudito que los cómplices del robo de más de US$ 12,000 millones al pueblo argentino, realizado por el kirchnerismo, tengan posibilidades de llegar a la Casa Rosada, pero esas cosas suelen suceder en las sociedades atrapadas por el populismo. La única manera de combatir a este flagelo latinoamericano es con reformas estructurales de fondo. En cualquier caso, es una alerta para Bolsonaro. Hay que aprender de los fracasos.
COMENTARIOS