El relevo de José Salardi del Ministerio de Econom&iacu...
La Carretera Central, que une Lima con las regiones de la sierra central, está constantemente afectada por alguna interrupción. La vía, que ha sido declarada en emergencia, es considerada desde hace más de 20 años como carretera altamente vulnerable debido a la influencia de las fuertes lluvias, nevadas, heladas y caídas de roca. Y además es afectada por los conflictos sociales de los numerosos poblados cercanos a la vía.
Para solucionar el problema, en agosto 2017 el Gobierno central transfirió al Gobierno Regional de Junín (GRJ) cerca de S/ 7 millones para los estudios de una nueva autopista. En abril 2018 las autoridades del GRJ recomendaron un estudio para la construcción de una carretera alterna de cuatro carriles, desde Huaycán (Lima) hacia Yauli Pachachaca (Junín). La compañía JRL Consultores SAC ganó la licitación para realizar los estudios preliminares.
Fred Contreras, ex coordinador de la Mesa Técnica de la Carretera Central del Colegio de Ingenieros del Perú, filial Junín, señala que la segunda etapa del proyecto está por comenzar con la actual gestión del gobernador de Junín, Vladimir Cerrón. Según el ingeniero Contreras, si todo sigue su curso, sin interferencias, en dos años los estudios de factibilidad estarán listos a un costo de aproximadamente S/ 120 millones. Y la construcción de la carretera de 136 km, que se calcula costará S/ 11,000 millones, estará lista en tres años más.
Mientras tanto, por la desidia de los gobernantes de diferentes periodos gubernamentales —que prefirieron construir una carretera Interoceánica del Sur arreglada con la constructora Odebrecht, en lugar de otra entre Lima y el centro del país, necesaria por el alto tráfico existente— la Carretera Central continúa con sus dos vías, colapsada durante las 24 horas del día por el tránsito de vehículos de carga pesada y de buses de pasajeros. La actual vía consta de 60 curvas altamente peligrosas, sobre todo entre las localidades de Ticlio y Casapalca, que dificultan el tránsito de los vehículos. Asimismo, existen 39 puentes ubicados en curvas peligrosas; el 30% de estos puentes, sostenidos o apuntalados mediante gatas hidráulicas. Contreras advierte que estos puentes pueden colapsar en cualquier momento debido a las fallas que puedan suceder en las gatas hidráulicas.
La Carretera Central está concesionada a la empresa Deviandes. Contreras ha indicado a este portal que en los diez años de concesión, Deviandes solo ha ejecutado un 8% del convenio relacionado con mejoras y construcciones en la carretera. Por ejemplo, la empresa solamente ha dispuesto elementos para reducir la velocidad de los vehículos, como los denominados “rompemuelles”, y no las obras fundamentales, como puentes peatonales y desviaciones viales “tipo trébol”, en localidades como San Mateo.
La Carretera Central es la única vía disponible para transportar productos provenientes de los agricultores de Chanchamayo, Satipo, Pasco y del valle del Mantaro. Asimismo, por esta vía transitan diariamente numerosos camiones transportando minerales de diversas minas. Por ejemplo, enormes bloques de mármol son transportados en plataformas que, incluso, exceden al diseño de la vía, de 4,000 vehículos diarios y de poco tonelaje.
Según un reporte del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), en el periodo 2005-2014 hubo un incremento de pasajeros de 35%, de 58 millones de personas a 79 millones de personas por año.
Vale señalar que, de acuerdo al Plan Nacional de Infraestructura elaborado por la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), existe una brecha en infraestructura de carreteras de US$ 31,850 millones hacia el 2025. Brecha que incluye además otras rutas alternas que se deberán construir entre Huánuco-Pasco y Canta (en Lima), y un ramal de la nueva carretera central hacia Cañete, también en Lima.
Lamentablemente, productores y viajeros tendrán que seguir esperando pacientemente, estancados en la ruta.
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