La derogatoria de la Ley de Promoción Agraria, Ley 2736...
En una de sus últimas presentaciones, la presidente Dina Boluarte hizo un llamado a mantener la paz en todo el país, porque los conflictos ahuyentan a los inversionistas privados, tan necesarios para el crecimiento económico del país. “Tenemos que trabajar la inversión privada. Si seguimos con el caos, entonces nos presentamos ante el mundo como un país con inseguridad jurídica, política, social y económica; así no van a venir los inversionistas. Y si no vienen los inversionistas al Perú, de dónde va a sacar el Estado para atender todas aquellas demandas insatisfechas de nuestro Perú profundo”, dijo la presidente.
Posteriormente Boluarte habló específicamente de la minería. “Ya estuve en Las Bambas, hemos conversado en Challhuahuacho (Apurímac) y hemos llegado a algunos acuerdos”. Sobre el corredor minero del sur la presidente pidió calma a las comunidades de la zona para que no haya más conflictos: “Sobre la violencia no podemos conversar, cuando se grita no nos escuchamos, pero si ponemos sobre la mesa para tejer esos puentes de diálogo vamos a poder entendernos y trabajar”. Y específicamente sobre Tía María, Boluarte dijo: “Hay que conversar, nada está cerrado; pero se tiene que respetar la vida, se tiene que respetar el medio ambiente. El agua es vida. No podemos anteponer el tema del oro, la plata, por encima de la vida y el agua”.
Es una buena noticia que el Gobierno de Boluarte esté dispuesto a “conversar” sobre Tía María, algo que era imposible durante la administración de Castillo, abiertamente antiminera. Cabe recordar que el proyecto Tía María –ubicado en la provincia de Islay, en la región Arequipa– representa una inversión de US$ 2,000 millones, y que está destinado a convertirse en uno de los principales motores de la economía arequipeña. Tía María producirá cerca de 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC) anuales y aportará al país más de S/ 300 millones en canon y regalías. Además generará 9,000 empleos en su zona de influencia. El proyecto cuenta ya con todas las autorizaciones del Estado, incluso con la llamada “licencia social”.
Lo único que preocupa de las declaraciones de Boluarte con respecto a Tía María es que cae nuevamente en la oposición entre agua y minería, repitiendo viejas consignas antimineras, basadas en mentiras y mitos, pero que de alguna manera han calado en la mente de muchos peruanos. El proyecto Tía María ha tenido mucho cuidado con este tema, por eso al principio propuso obtener el agua para sus operaciones del propio mar, a través de una planta desalinizadora que la propia empresa concesionaria, Southern Peru, construiría con una fuerte inversión económica. Así, no se afectaría para nada el agua que utilizan los campesinos y habitantes de la zona. Pero Southern posteriormente incluso ha mejorado esa propuesta, pues ahora plantea construir (como parte del proyecto Tía María) la tan esperada represa de Paltiture.
Si bien la planta de desalinización proveería de agua potable tanto al proyecto como a las comunidades vecinas, la represa de Paltiture –un viejo y siempre postergado proyecto hidráulico– significará una mucho mayor contribución incluso para la agricultura regional.
“La represa tendrá una capacidad de almacenamientos de 73 millones de metros cúbicos, de los cuales la compañía usará menos de 10 millones de metros cúbicos. Los 63 millones remanentes serán para el uso de la comunidad… la compañía considera que aumentando el suministro de agua generará beneficios más palpables para las comunidades locales”, explicó Southern Perú en el comunicado en el que hizo pública esta propuesta.
Volviendo a las declaraciones de la presidente Boluarte, el inicio de las operaciones de Tía María sería una extraordinaria señal para los inversionistas, que verían que, a pesar de la crisis política, en el Perú todavía es posible realizar proyectos mineros importantes.
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